El viento y los toros empañan la segunda corrida de la feria de Quito.
Un silencio sepulcral reinaba en la plaza. Solapado de Triana acababa de arrolar a David Mora, que por milagro no resultó corneado cuando iniciaba su faena de muleta con el que confirmó alternativa esta tarde en Quito. Tras la espeluznante voltereta Mora se reincorporó y sin que se escuche el zumbido de un mosco habló claro y fuerte en el ruedo. “El toro puede matar, nosotros no”. Lapidaria frase para cuestionar la prohibición por consulta popular impulsada por el Gobierno, que no restringe el riesgo de morir de quienes se juegan la vida en el ruedo.
Entregado por completo Mora arriesgó al máximo toreando casi en las tablas al peligroso pupilo de Triana que tras el trasteo muleteril regresó a los sórdidos chiqueros para ser apuntillado.
Del resto del festejo no queda mucho por comentar, por la desigual presentación de la corrida partida de Triana y Peñas Blancas. Pero sobre todo por el ventarrón que arreció durante toda la tarde en la Monumental de Iñaquito, cuyos tendidos registraron media entrada.
Miguel Abellán ovación y vuelta al ruedo; David Mora ovación y ovación; Alvaro Samper palmas y palmas.
[[OBJECT]]