El retorno del torero español José Tomás, aun cuando haya sido por un solo día y en una pequeña plaza de México: Juriquilla, dio de qué hablar.
Tomás estuvo ausente de los ruedos durante todo el año pasado y en el 2012 solo toreó tres corridas cobrando sumas millonarias y marcando historia con su sonado triunfo en la plaza francesa de Nimes, donde actuó en solitario.
En aquella ocasión salió a hombros mientras la banda de músicos entonaba El chulla quiteño, toda una curiosidad.
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José Tomás ha sido un torero emblemático, ensimismado, que pocas entrevistas concede a la prensa y se mantiene con un halo de misterio, pero es dueño de una gran personalidad y sus apariciones fugaces, como la de este fin de semana llaman la atención, no solo de aficionados sino de otros públicos.
Para que los aficionados corroboren la dimensión de su actuación un resumen se puede apreciar en la página web suertematador.
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Según la Agencia EFE, “El príncipe de Galapagar, hizo una faena de época en Juriquilla, cortó dos orejas en su regreso a México desde aquella fatídica cornada del 24 de abril del 2010. Tomás dejó el retiro para acompañar al mexicano Fernando Ochoa en su despedida en la prestigiosa plaza de 4 000 entradas”.
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