Con toda la potencia de su condición de maestro de época del toreo, Enrique Ponce pisó de nuevo el ruedo de Las Ventas.
El público más exigente del mundo, en la Feria más importante, tributó una gran ovación a quien tantas tardes dejara su impronta de sabio en el arte del toreo y ratificara su categoría de figura máxima.
Esta fue su última tarde contratada y aunque nunca se deba cerrar puertas podría ser su última corrida en tan imponentes plaza y feria.
Para reseñar lo que fue la corrida del ‘reentré’ del maestro de la tauromaquia la agencia EFE dijo: “Enrique Ponce volvía a Las Ventas tras cinco años sin anunciarse, y aunque no pudo festejar su regreso como él esperaba, es decir, con un triunfo, al final de la tarde confesaba que estaba muy agradecido a la afición de Madrid por el caluroso recibimiento que me ha brindado”.
“Lo que más me ha llenado en la tarde ha sido lo mucho que me he gustado con el capote, pues en mis dos faenas ha habido cosas aisladas que me hacen irme con un sabor un poco agridulce”, reconoció.
“Mi primer toro tenía buen aire pero se paró enseguida, y esto en Madrid no sirve ni provocándole, y el otro ha transmitido pero era muy complicado, siempre con la cara arriba, y no le veía la manera de meterle mano; y ya encima la pena de la espada, porque si llega a entrar bien pienso que hubiera arrancado una oreja que hubiera sabido a gloria”, apostilló.
El joven David Galán, que confirmó su alternativa de matador de toros en Las Ventas, se marchaba de la plaza muy sonriente, ya que, según sus palabras: “He cumplido un sueño muy bonito del que seguro mi padre estaría orgulloso”.
El hijo del malogrado Antonio José Galán reconoció a la Agencia EFE que disfrutó la tarde “de principio a fin”, pues a sus manos fueron a parar dos toros que “me han servido mucho para hacer mi toreo”.
“El contacto con el público ha sido muy emotivo, sobre todo cuando me han ovacionado mientras brindaba al cielo mi primera faena ante un toro que ha embestido con buen son, pero ha acusado la falta de fuerza al final de faena. Y el último también me ha dejado expresarme, así que la satisfacción que me llevo es que Madrid me ha visto y seguro que me esperará para otra ocasión”, concluyó David Galán.
Por su parte, Sebastián Castella, como es habitual en él cuando no tiene su tarde, se fue de la plaza con gesto serio y sin hacer declaraciones.
El portal Aplausos.es reseñaba así la corrida: “Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (5º), bien aunque desigualmente presentados y de juego dispar. Destacaron 1º y 6º, dos toros notables.
Enrique Ponce: silencio y ovación con saludos tras aviso; Sebastián Castella: silencio en su lote; David Galán, que confirma alternativa: silencio y ovación con saludos tras aviso. Entrada: lleno de ‘no hay billetes’. Enrique Ponce, en su vuelta a Las Ventas tras cinco años de ausencia, fue obligado a saludar antes de que saliese el primer toro de la tarde. El valenciano logró los mejores pasajes de un festejo en el que Galán, ovacionado en el sexto, confirmó con dignidad con el mejor lote y Castella, sin toros, silenciado.
Manejable pero sin clase resultó el cuarto, que punteó los engaños y embistió sin entrega, siempre con la cara alta y desentendiéndose de la muleta. Ponce hizo un esfuerzo ante él en una faena de gran delicadeza, en la que hubo mimo y proverbial temple. Intentó encelar al toro, ganarle siempre la acción y estéticamente hubo momentos buenos por el pitón derecho. El Chiva, que concluyó con toreros muletazos genuflexos. Malogró todo con la espada. Fue ovacionado”.