Tres orejas en la corrida de los diestros locales

El forzado de pecho es de Francisco Hinojosa. El trapio del ganado fue evidente. Foto: Guillermo Corral Neira/ EL COMERCIO

El forzado de pecho es de Francisco Hinojosa. El trapio del ganado fue evidente. Foto: Guillermo Corral Neira/ EL COMERCIO

El forzado de pecho es de Francisco Hinojosa. El trapio del ganado fue evidente. Foto: Guillermo Corral Neira/ EL COMERCIO

Juan Francisco Hinojosa, Martín Campuzano y Sebastián Peñaherrera cortaron tres orejas en un muy buen festejo que cerró ayer la feria de Latacunga.

Con una interesante entrada de público se lidiaron cuatro toros de Rumiquincha y uno de Triana, de muy buen juego en general. Tres de los toros de Rumiquincha, para la lidia ordinaria, lucieron imponente estampa y excelente nobleza.

Abrió plaza el rejoneador Álvaro Mejía, que tuvo una muy buena actuación, mostrando valor, una dosis de pureza en la ejecución de las suertes y pasajes vibrantes con los rejones de castigo, las banderas y en banderillas, en una labor muy celebrada.

El toro de Triana se prestó para el lucimiento, pero se apagó en la parte final cuando el rejoneador se disponía a colocar las banderillas cortas. Tardó en matar y la res fue aplaudida en el arrastre.

Mariano Cruz Ordóñez tuvo delante un gran toro de Rumiquincha, que humilló durante toda la lidia. Superiores lances de recibo a la verónica y un quite de excelente condición, por chicuelinas al paso, para llevar al toro hasta la cabalgadura de Braulio Almeida, quien dejó un buen puyazo.

La faena de muleta fue intermitente. A los excelentes muletazos de clase les seguía la falta de temple. El riobambeño fue volteado de forma aparatosa en los adornos finales por manoletinas. Los desatinos con la espada le valieron dos avisos. Palmas al toro en el arrastre.

Con convicción salió Juan Francisco Hinojosa en el tercero, gran toro de Rumiquincha. Una larga cambiada fue prólogo de entonadas verónicas. Tras el puyazo de Guerra un hermoso quite por delantales puso al público a su favor. Un buen par de San Martín y otro de Ignacio Almeida, fueron correspondidos con ovación.

Una faena entonada con buenos derechazos en tres series de lindo trazo y otras tantas de naturales ayudados, compusieron la faena que concluyó de una buena estocada y la entrega de una oreja. Palmas al toro y dos vueltas al anillo entre grandes ovaciones para Hinojosa.

El cuarto era un toro castaño de muchas arrobas. La tablilla puso 540 kilos. Martín Campuzano lo lanceó con buen aire y el toro clavó sus cuernos en la arena y se dio un tremendo costalazo. Por esa razón, y con buen criterio, se lo midió en varas. El toro acudió bien al caballo de Hernán Tapia. Campuzano dio un quite de dos chicuelinas y serpentina de su particular gusto y buen corte.

Adornos en pases circulares y molinetes para rematar la faena de una gran estocada y Martín, con una oreja en la mano, dio la vuelta al redondel.

Cerraba plaza el rejoneador Sebastián Peñaherrera, que muestra sus progresos. El toro de Rumiquincha fue colaborador. Dejó un buen rejón de castigo, grandes momentos con banderillas alcanzó montando en Cisne, con buenos palos y piruetas de adorno.

Pureza en el toreo de frente y los quiebros muy aplaudidos. Tras la rosa falló con el rejón, pinchó, dejando luego medio rejón y un golpe final suficiente. Fuerte petición y oreja que paseó entre el reconocimiento de los espectadores.

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