Antonio Ferrera en la temporada taurina 2020 realizada en la plaza de toros La Santamaría de Bogotá. Foto: EFE
El diestro español Antonio Ferrera cayó herido el domingo 16 de febrero del 2020 en Bogotá, pero a la par triunfó y cortó una oreja.
El torero de Ibiza construyó una hermosa faena en el segundo de la tarde, al que mató pese a recibir la cornada y cortó una oreja. Pasó a la enfermería, de donde salió para despachar a su segundo, en medio de la admiración del público.
Con casi tres cuartos de entrada se lidiaron tres toros de Ernesto Gutiérrez y tres de Juan Bernardo Caicedo, de mal juego en general, salvo el segundo, Artillero, excelente ejemplar, premiado con vuelta al ruedo y que se prestó para el triunfo de Ferrera.
Enrique Ponce y Luis Bolívar, que completaban el buen cartel, no contaron con material propicio para triunfar.
Guillermo Rodríguez, en su portal Tendido 7, destaca así la actuación de Ferrera: “Si el toreo es ensoñación, Ferrera nos ha hecho viajar en sus dos toros por los caminos de la utopía. Es distinto, es diferente en lo que hace, a veces barroquismo puro, con ese capote que pasa por encima de su cabeza para unos lances de frente por detrás (más antiguos que las gaoneras del mexicano Gaona), o esa muleta que va recorriendo su cuello para después dar muletazos embarcando al toro, o ese caminar como en su segundo hacia el toro para la suerte suprema. El toreo no se puede encasillar, tenemos que darle aires novedosos, maneras diversas de creación para sorprender al espectador, que como el niño frente al mago no sabe cómo salen esas palomas o los papelillos de la chistera…
Fue herido en el primero. Álex Benavides le hace un torniquete, se le advierte una mancha de sangre en la taleguilla, es herido en el tercio medio del muslo, acuden los toreros y subalternos, él aparta a todo el mundo y vuelve a la cara del toro, se quedó en la arena cojitranco, mató al toro y se fue con parsimonia a la enfermería, dejando la oreja en la arena como testimonio de lo que acaba de fundar en esa nueva iglesia de la creación ferreriana. Salió vestido de monosabio a lidiar al sexto y la ovación no se hizo esperar, volvió a encender la llama de la pasión, hizo un temerario desplante , se puso de rodillas, dio lances y muletazos de variadas marcas y sabíamos todos que estaba herido. Pero no se cumplieron los ritos de la suerte suprema a ley y se ganó una tremenda ovación”.
Parte: “Cornada en el triángulo de Scarpa, con tres trayectorias: una de 20 cm ascendente superoexterna; otra de 15 cm antetoexterna ascendente; y, por último, otra de 4 cm inferior descendente interna”.