Fernández está feliz con la nacionalidad ecuatoriana

Luis Fernando Fernández sostiene a su hija María Ángel, de 8 meses. Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

Luis Fernando Fernández sostiene a su hija María Ángel, de 8 meses. Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

En un confortable departamento de la tercera planta del edificio Torres Mirador, ubicado en el noroccidente de Loja, viven Luis Fernando Fernández López y su familia.

Desde los amplios ventanales se observan las viviendas de la zona céntrica de la capital lojana y se constata cómo, cerca de los cerros, las edificaciones reemplazan a los bosques. El arquero colombiano de 34 años se muestra cariñoso con sus hijos: Luisa Fernanda (11 años), Juan Sebastián (8) y María Ángel (8 meses), así como con su esposa Clara Correa (31).

La atención se centra en la más pequeña, quien con su nacimiento inspiró a su padre para que ponga más énfasis en la tramitación de la nacionalización ecuatoriana.

Fernández llegó a Ecuador el 1 de enero del 2011 para vincularse a Liga de Loja. Vino de Santa Martha, su ciudad natal, con el propósito de triunfar. No se imaginó que en dos años y un mes de permanencia recibiría la cédula de ecuatoriano.

Lenín Moreno, presidente de la República (encargado), firmó el decreto de naturalización el pasado 1 de febrero. Su esposa está convencida de que la nacionalización "es una bendición grandísima de Dios porque no lo esperaban".

También agradece al presidente del club, Jaime Villavicencio, quien se apersonó en gestionar todo tipo de trámite.

Él, desde Quito, llamó al celular del golero para comunicarle que ya era ecuatoriano.

Correa recuerda con emoción ese momento. Él saltaba de alegría y no dejaba de sonreír. "Amor, me nacionalizaron, no lo puedo creer", contó entre gritos tras concluir lo corta conversación.

Festejó con mucha emoción porque una semana antes le dijeron que debía esperar un año más para obtener la naturalización. Su deseo de jugar le ponía inquieto. Incluso habló con Paúl Vélez para que le dejara jugar como extranjero. Pero el DT cuencano le pidió paciencia, aunque lo necesitaba.

Las dos primeras fechas del torneo de este año actuó como titular el lojano Guillermo Palacios. El pasado 8 de febrero, Fernández se estrenó como ecuatoriano ante Barcelona y allí su equipo ganó 2-1.

Sus hijos le enseñaron a cantar el Himno Nacional del Ecuador. En Loja, Luisa y Juan son alumnos del séptimo y cuarto años de básica del Instituto Antonio Peña Celi. "Ellos ya se acoplaron, han hecho muchos amigos, incluso hacen fiestas", cuenta entre risas.

El portero tiene 73 partidos jugados con Liga de Loja: 35 el 2011, 32 el 2012 y seis en este año.

Sus mejores actuaciones han sido ante Barcelona. El año pasado, por primera vez en su carrera, atajó dos penales en un mismo partido, primero intuyó el remate del argentino Damián Díaz y minutos más tarde atajó la ejecución de Narciso Mina.

"Me han contado que eso no se había registrado en Ecuador, es bueno dejar una huella positiva".

Fernández llegó a Ecuador gracias a su compatriota Sinibaldo Cabarcas, quien vive en Manta. Él sugirió su contratación, aunque los directivos lojanos viajaron a Colombia para verlo actuar en el arco de Atlético Huila ante Independiente Santa Fe.

En sus primeros días en Loja, el frío y la amabilidad de su gente le llamaron la atención, contrario a los 40 grados de temperatura y a la vida agitada de su ciudad natal.

La nacionalidad ecuatoriana la asume como una oportunidad para brindarle estabilidad a su familia. Su esposa e hijos están a gusto, comparten momentos gratos con el defensa Jimmy Bermúdez y su esposa Yeimi Molina, quienes también son colombianos y residen en el mismo edificio.

Uno de los lugares preferidos del ex arquero de los equipos colombianos Unión Magdalena, Júnior de Barranquilla y Atlético Huila es el valle de Vilcabamba, ubicado a 40 minutos de Loja.

La visita es, por lo menos, una vez al mes. "Allá se disfruta del aire puro y a mis hijos les gusta nadar en la piscina".

Correa está junto a Fernández desde hace 17 años. Han vivido alegrías y tristezas. "Es un trabajador incansable, un excelente padre y esposo, juicioso y hogareño".

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