El cierre del Mundial de Clubes de Abu Dabi sirvió para coronar por primera vez a un jugador africano con el Balón de Oro del torneo.
El honor recayó en el camerunés Samuel Eto’o, de 29 años, quien se impuso con el Inter de Milán al equipo africano del Tout Puissant Mazembe, por 3-0, en la final del sábado.
El astro camerunés marcó uno de los goles y brindó una asistencia al macedonio Goran Pandev en el primer tanto del equipo, en la final. Pero sobre todo fue una constante vía de peligro para un quipo como Mazembe, poco coordinado y desbordado por las bandas.Eto’o rompió así otra barrera para el fútbol africano, que nunca había conseguido llevarse este galardón y que ahora puede presumir de incluir su nombre a una selecta lista donde se encuentran estrellas de la talla del argentino Lionel Messi, el inglés Wayne Rooney y el brasileño Kaká.
El camerunés sumó así otro trofeo a su vitrina. Entre sus logros más destacados está el de mejor futbolista africano, que ganó en el 2003, 2004 y 2005. Además, ha sido el máximo goleador de la Liga española en 2006 y es el máximo artillero con las selecciones de su país, con 41 tantos.
En la elección al mejor jugador, ganada por Eto’o, otro africano, Dioko Kaluyituka, se llevó el Balón de Plata. El congoleño del Mazembe fue autor de uno de los tantos ante el Inter brasileño en la semifinal.
El argentino Andrés D’Alessandro, del equipo de Porto Alegre, fue tercero.
El Inter de Eto’o cerró así el 2010 levantando su quinto trofeo después de los triunfos en la Serie A italiana, la Copa y la Supercopa de Italia y la Liga de Campeones de Europa.
El conjunto italiano se convirtió en el cuarto equipo europeo en conseguir el título de forma consecutiva, después de los triunfos del Milan en 2007, el Manchester United en 2008 y el Barcelona en 2009.
Además, fue la primera vez que un equipo sudamericano no jugó la final.
África vivió así su último gran sueño con el duelo del Mazembe ante el Inter de Eto’o, en la última competición de un 2010 en el que el mundo ha dirigido sus miradas al continente gracias al Mundial de Sudáfrica, donde Ghana cayó en cuartos y estuvo cerca de alcanzar las semifinales.
El Mazembe, bicampeón del continente, tiene ya fijado como objetivo poder revalidar su corona africana y jugar el Mundial el próximo año, en Japón.