‘No hay grandes distancias’ solo mentes pequeñas”. Con ese lema se prepararon durante cuatro meses, como mínimo, 80 atletas de Ecuador, Colombia, Panamá y Perú.
Ellos, el domingo pasado, cubrieron las distancias de 55 y 100 kilómetros. Uno de los inscritos fue Francisco Anzoátegui, de 28 años, quien se entrenó dos horas al día durante seis meses.
Además cumplió otro requisito básico que recomiendan los especialistas: haber competido al menos en una maratón (42 km). Quienes no asumieron con responsabilidad el reto se desplomaron en los primeros 20 km, con calambres, cuadros de deshidratación, malestares estomacales’
En ocho puntos denominados Oasis, instalados en la vía, se ofrecían pedazos de papaya, manzana, sandía; guineo, uvas, pasas, pan, agua y bebidas hidratantes. Andrés Chacón (36 años) sorprendió a Geovani Viñanzaca, quien atendía en el sector del Zhucay (kilómetro 45), cuando solicitó una gaseosa. No había.
El atleta imbabureño acostumbra beber un vaso de Coca Cola cuando supera los 50 km. “Tomo para despertarme y desfogar los gases”. En Cumbe (55 km), a las carreras, le compraron una gaseosa.
Jorge Guillermo, quien participó como médico, dijo que un atleta inexperto pudiera sufrir lesiones irreversibles en su organismo, como complicaciones en las articulaciones de rodillas, caderas…
Por eso, los experimentados tuvieron un plan de preparación sistemática. Chacón, por ejemplo, se entrenó de 160 a 200 km por semana. Él tiene nueve ultramaratones en su currículo.
Uno de los debutantes fue el ex triatleta azuayo Juan Diego Tola, quien se entrenó un año para la prueba y llegó luego de correr dos maratones. Cerca del cantón Girón, tras siete horas de competencia, su rostro delataba el esfuerzo hecho tras cubrir 75 kilómetros.
Por ese lugar, antes de Tola, ya pasaron Raúl Rivadeneira (Pichincha), Fausto Anchacaiza (Azuay) y Duval Suqui (Guayas). Todos estaban por desfallecer, incluso caminaban en los tramos difíciles. Sin embargo, les quedaba 25 kilómetros y cada uno tenía su motivo para llegar a la meta.
La prueba se inició a las 05:00, con una temperatura de seis grados centígrados y se calentó el ambiente con el transcurrir del día. En el kilómetro 92, ya en la zona costanera, apareció un asfixiante sol (30 grados) y con humedad.
Una lluvia que cayó en la primera hora de competencia empapó las medias y los zapatos. Eso afectó a los atletas, quienes al final de la prueba mostraron sus pies sangrados y con ampollas.
Entre los 20 deportistas que cubrieron los 100 km está María Morocho (Azuay), quien cronometró 11 horas y 12 segundos. Al kilómetro 55 llegaron 54 atletas, uno cubrió 80 km, otro 59 km y nueve hicieron 60 km.
Uno de los más efusivos al cruzar meta fue Tola, quien abrazó y beso a su esposa Patricia Rueda y a sus tres hijos. Fue un regalo por el aniversario 14 de matrimonio, que lo cumplió anteayer. Se casaron el día en que Jefferson Pérez ganó la medalla de oro olímpica.
Suqui llegó con una bandera de Guayaquil y brindó el tercer lugar a su ciudad en sus fiestas. Chacón, quien hizo ocho horas, 42 minutos y 12 segundos, ofreció la victoria a su esposa Karina Arias.
El campeón asegura que competir en una Ultramaratón es privilegio de pocos. “Se vive en armonía con Dios, se valora más la vida”. Segundo fue Fausto Anchacaiza, de Azuay, con 09:03.24.
Las pasos que sigue un ultramaratonista
El ganador de la Ultramaratón, Andrés Chacón, cubre 200 kilómetros por semana como máximo. Esto cuando se entrena a doble jornada. Cuando se entrena una sola vez al día hace 160 km.
Cada 15 días recorre entre 50 y 60 kilómetros, superior a una maratón (42 km). Los entrenamientos se hacen con curvas de ascenso y descenso. Unos días realiza 10 km de subida e igual distancia de bajada…
También hace trabajo de montaña. Otros días corre en pista. La preparación en montaña sirve para purificar sus pulmones y disfrutar de la naturaleza. Se desintoxica de los otros días que se entrena en las calles asfaltadas de la ciudad de Ibarra.
El domingo es el día que más kilometraje cubre, hasta 60 kilómetros. Cada semana hay un día de descanso. La preparación es en la madrugada (a las 04:00) o en la noche (desde las 21:00).
Lo recomendable antes, durante y después de una Ultramaratón es el consumo de líquidos y electrolitos. El 80% de la comida debe ser a base de papas, arroz, fideo, granos y frutas maduras. La idea es recargar de energías el organismo.
El masaje, luego de la prueba, es clave para desintoxicar el músculo, que está con acumulamiento de ácido láctico. Con el ejercicio físico, el músculo se contrae, provoca dolor y dificulta al momento de caminar.