Michel Deller, presidente de Independiente, es gráfico en el momento de explicar los mandamientos claves, la razón de ser del equipo de Sangolquí. Sentado en la mesa de reuniones de su oficina, el directivo muestra una camiseta alterna del equipo que tiene impresa en su cuello tres palabras: solidaridad, pasión y responsabilidad.
“Eso es en lo que nosotros creemos y lo aplicamos a diario”, dice sosteniendo la prenda rosada. A su lado, el gerente del equipo, Santiago Morales, asiente con la cabeza y agrega: lo nuestro es un manejo económico responsable. Nuestros presupuestos no son negociables. Planificamos la temporada desde el inicio y cumplimos con las quincenas y premios. Ofrecemos lo que podemos pagar”.
El equipo sangolquileño no registra déficit económico. Es más, según directivos, el año pasado terminó con un pequeño superávit. Según datos del Servicio de Rentas Internas el club no registra deudas, ha vendido al exterior a jugadores como Jefferson Montero y Joao Rojas. Ahora está concentrado en pelear por el campeonato, aunque también se alista para su participación internacional: a mediados de año debutará en la Sudamericana.
Pero ¿cómo no caer en la brújula del endeudamiento agresivo de otros equipos? Según Deller, una de las claves fue potenciar sus divisiones formativas. De hecho, el equipo destinó USD 1 millón en el mantenimiento y surgimiento de talentos. En el complejo de Chillo Jijón, 120 chicos de entre 12 y 16 años residen en su Centro de Alto Rendimiento. Ellos reciben a diario formación futbolística, pero además completan su educación y aprenden inglés y computación. “Hay chicos que no quieren estudiar. Pero les inculcamos la necesidad de hacerlo y de formarse como personas”, relata Morales.
En el equipo mayor de Sangolquí el máximo sueldo que se paga a un jugador alcanza los USD 10 000. Esa norma no se rompe, para no generar déficit. “Hay equipos que contratan futbolistas a precios altos por la desesperación de ganar títulos. Nosotros también queremos ganar, pero no nos dejamos llevar por esa presión”, apunta el directivo Deller.
Liga se hace fuerte con la explotación de su imagen
Esteban Paz es desde hace 15 años el creativo de Liga. Él y su grupo de trabajo han posicionado durante este tiempo la marca Liga.
La exposición de la marca y la venta de publicidad son el puntal en el que se sostiene la economía alba. Este año, el equipo fijó un presupuesto inicial de USD 9 millones . El 35% de este rubro sale de las alianzas comerciales con sus empresas patrocinadoras. Los albos tienen 12 firmas que los auspician, aunque en su camiseta solo aparecen Diners Club, Coca-Cola y Chevrolet. “Siempre nos aliamos con empresas líderes de mercado y tratamos de hacer alianzas largas. Liga jamás rompe contratos o se va con otras empresas porque nos ofrezcan más dinero. Cumplimos los acuerdos”, sostiene Paz.
Pero ¿cómo ha sentido la crisis el equipo universitario? Según el dirigente, el club tiene un déficit de USD 2,5 millones producido por gastos del equipo profesional, en los últimos periodos. Este año, una de las malas noticias para los albos fue la imposibilidad de cobrar el traspaso del delantero Hernán Barcos, quien pasó del Palmeiras al Gremio. El equipo paulista mantiene una deuda con la ‘U’ y ahora el caso se ventila en la FIFA.
Sin embargo, según Rodrigo Paz, pese a los inconvenientes que se presenten, el directivo tiene que buscar la forma de generar ingresos para el equipo. El Presidente vitalicio cuenta que, por ejemplo, en ocasiones han recurrido a préstamos con el Banco Pichincha y con el Banco Bolivariano. “Hemos puesto nuestra firma como garantía, pero conseguimos los fondos para financiar al equipo”.
Los Paz dicen que una de las claves del éxito del equipo blanco es que todos los directivos trabajan de forma honoraria. “El dirigente de fútbol no puede entrar a un equipo para ganar dinero. Eso es imposible. Manejará prestigio y el reconocimiento de la gente por su trabajo, pero su principal labor es generar fondos para el equipo”, agrega Esteban Paz.
Católica también tiene su formula para evitar la crisis
En el cuadro ‘camaratta’ también son amigos del ahorro. Por esto, el máximo sueldo de un jugador llega a USD 8 000 mensuales. Con esto, el equipo no tiene problemas para financiar el presupuesto de USD 2,5 millones establecido para esta temporada tras el ascenso a la Serie A. Un juvenil promovido al plantel de Primera empieza con un sueldo de USD 700.
Francisco Egas, dirigente del club, dice que no se pueden superar los montos “porque habría un manejo irresponsable de la economía”. En los pagos de premios, primas y salarios a los futbolistas el club invierte cerca del 80% de su presupuesto. Los anunciantes y los derechos de TV (USD 600 000) cubren este porcentaje.
Católica sustenta su plantilla en el aporte de juveniles. El entrenador Jorge Célico inició en el 2009 un proceso para reclutar talentos. El equipo opta por no fichar a grandes y costosas estrellas.