La incondicionalidad de la dirigencia alcanzó niveles intrascendentes. Esos dirigentes ignoraron el deterioro de la imagen de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) cuando tres de sus miembros son investigados por la justicia por una posible vinculación con el FIFAgate.
Los directivos de la Católica, Liga Deportiva Universitaria, AFNA… propusieron que se hiciera una votación nominal para suspender definitivamente al Presidente, procesado por la justicia.
Pero no sucedió eso. Hubo lo contrario: intervenciones y desubicadas comparaciones confundieron la imagen institucional con la trayectoria personal.
Sin embargo, no todo fue negativo en el Congreso. La nueva Asociación de Fútbol Profesional comenzará a funcionar desde el 2017 dejando atrás un sistema obsoleto y adaptándose a la modernidad organizativa, tal como operan otras ligas en el mundo. Este modelo se irá construyendo con el transcurrir de los años y con las capacidades administrativas de los presidentes de los clubes.
Sin embargo en el balance final, la actitud de esa mayoría reflejó la forma como han operado los directivos en los últimos años. Incluso, hubo uno que le dio un estatus divino.
El advenimiento del nuevo ente obligará a la dirigencia a redefinir sus objetivos.