Estados Unidos no dejó soñar ayer ni por un segundo a Angola, a la que derrotó en los octavos de final del Mundial de baloncesto de Turquía por 121-66. Este triunfo permitió a EE.UU. seguir avanzando firme en su camino hacia la pretendida medalla de oro.
El conjunto estadounidense no tuvo piedad del equipo más fuerte del continente africano, que afrontaba el partido con el objetivo declarado de perder por la menor diferencia posible, según lo anticipó el angoleño Miguel Lutonda antes del partido.
Finalmente, los africanos cayeron por una diferencia de 55 puntos.
“Sabíamos que iba a ser duro, tratamos de competir. Hemos jugado contra el mejor baloncesto del mundo, hicimos buen trabajo”, dijo el angoleño Carlos Almeida después del cotejo.
Estados Unidos, que ansía recuperar el oro para el país de la NBA 14 años después, se enfrentará el jueves en cuartos de final con Rusia, que ayer dejó en el camino a Nueva Zelanda.
“Son un gran equipo, con grandes jugadores, gran técnico y gran organización. Son muy fuertes para nosotros”, concedió el técnico de Angola, el portugués Luis Magalhaes. “Podríamos haberlo hecho mejor, pero lo hicimos lo mejor que pudimos”, agregó.
Angola no pudo superar la seriedad defensiva de Estados Unidos ni frenar en la otra canasta el caudal anotador de Chauncey Billups (19 puntos), Rudy Gay, Kevin Durant y Eric Gordon (los tres con 17). Al final del primer cuarto, Estados Unidos lideraba ya por 20 puntos de ventaja.
“Salimos muy agresivos, ha sido un gran partido para nosotros”, dijo Billups, que anotó cinco de los 18 triples de su equipo.
Un paso más para el equipo NBA, que ansía ganar el oro, sobre todo ahora que ya está a solo tres pasos. “Hemos sacrificado el verano y tiempo con nuestra familia para tratar de ser campeones, es el objetivo de este verano y estamos cada vez más cerca”, dijo con determinación Billups.
El equipo estadounidense no dispone de las grandes estrellas de la NBA, pero no le falta la seriedad que le aporta su técnico, Mike Krzyzewski, apodado ‘Coach K’. Y eso le hace especialmente peligroso. “Hemos sido agudos, duros, generosos, agresivos todo el partido” dijo el técnico ayer, visiblemente satisfecho.
Los octavos de final del Mundial terminan hoy con los cotejos China-Lituania y Brasil-Argentina.
El duelo sudamericano es el partido de más expectativa, por la rivalidad de dos vecinos que dominan este deporte en su región.
Este partido trae, además, un apasionante pulso de entrenadores argentinos: Sergio Hernández está en el bando albiceleste y se le considera el heredero del maestro cordobés Rubén Magnano, actualmente en el banquillo de los brasileños.
El enfrentamiento entre ambos ha sido uno de los temas más comentados en los días previos al encuentro y los dos han reconocido que hubieran preferido otro rival para buscar el pase a cuartos.
Magnano fue el entrenador de Argentina en sus grandes éxitos de principios del siglo XXI, cuando alcanzó el segundo lugar en el Mundial de Indianápolis del 2002 y la victoria en la cita olímpica de Atenas del 2004.