Gustavo Quinteros aún vive del triunfo que logró ante Argentina. Se quedó allí. No mutó. No alcanzó a dimensionar ese histórico hecho.
El rendimiento de la Selección actual es el reflejo de cómo se la planifica. Hay errores de selección de jugadores, planteamiento y alineaciones. Un ejemplo: pone a jugadores que son suplentes en sus clubes desde hace más de seis meses.
La excusa de ahora es la altura. Es indudable que la altitud de Quito está afectando a los jugadores porque los titulares juegan en el exterior. Nadie lo duda.
Pero es insignificante como argumento porque en la derrota ante Brasil, también les afectó a los jugadores de ese país. Basta recordar y volver a mirar que es lo que hizo el entrenador Tite .
Él fue más audaz, hizo una mejor planificación, en todo sentido; hasta se dio el lujo de excluir a dos zagueros (David Luiz y Thiago Silva).
La derrota ante Brasil refleja la forma como se administra la Selección, en lo técnico. Quinteros dejó en la banca al futbolista que más pelotas quitó en la Copa Libertadores (Jefferson Orejuela) y puso a otro (Carlos Gruezo), que tuvo una actuación intrascendente.
Es necesario que el seleccionador revise sus procedimientos, sus métodos de trabajo, su liderazgo… Y no será más líder con criticar a los que piensan distinto a él.
Es cierto que aún faltan partidos, el más cercano es con Perú, pero independiente del resultado, hay que mejorar la planificación de la Selección o de lo contrario al final del próximo año, lo más probable es que Ecuador no irá al Mundial.