Entrevista a Marco Mosquera excapitán del Deportivo Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO.
Deportivo Cuenca sumó cuatro triunfos y dos empates en las seis primeras fechas de la LigaPro, pero después se han registrado seis derrotas y un empate. ¿Qué pasó?
Hemos tenido errores puntuales y bajo rendimiento individual que suma en lo colectivo. Hay una serie de evaluaciones que se deberían hacer, como la estructuración del equipo en la cancha. También incidió el cambio de sistema porque no estábamos mecanizados en ciertos movimientos. De allí se generaron los errores.
Es uno de los más goleados del campeonato
Sí, es una pena, damos muchos espacios y quedamos expuestos en la parte defensiva. Todos somos responsables porque si el delantero o el volante no marcan se deja expuesta a la defensa y al final el arquero paga los platos rotos. Hay que dejar de lado la ansiedad y manejar la presión.
En las redes se insiste que el bajón futbolístico se debe a la situación económica del equipo. ¿Es determinante?
Para mí no, aunque para otros compañeros pueda influir en su rendimiento. Unos pueden tener un grado de tolerancia y otros no. Hay que saber manejar la situación. Desde que estoy en Deportivo Cuenca (2016) he visto el esfuerzo de la dirigencia, pero no todos toleran los atrasos en los pagos o la falta de cumplimiento de las deudas anteriores.
¿Existe división?
Son situaciones que la gente habla por los malos resultados. En cualquier ámbito laboral hay diferencias y mucho más en grupos. En el fútbol, no es que exista división porque se pierde, o sean grandes amigos porque se gana. Todos tenemos algo en común en la cancha: ganar partidos, prestigio y mejorar nuestra situación. Nadie entra a perder.
Usted fue capitán ¿cómo se maneja los momentos críticos?
Con diálogo y siendo autocríticos. Hay que ser tolerantes a la crítica en tiempos de crisis de resultados, aunque la situación es compleja. Lo que la hinchada no perdona es la falta actitud. Como capitán lo que se pide al grupo es pundonor.
¿Es más fácil ser líder con un plantel joven?
En un grupo de jóvenes hay que hacer la tarea de padres, dándoles consejos y ordenándoles en la parte económica, diciéndoles que si ganan dos dólares deben guardar la mitad. En un grupo experimentado, en cambio, es complejo porque hay mucho ego de querer sobresalir uno más que otro. El plantel de este año está equilibrado, con gente de mucha jerarquía.
Usted contabiliza 131 partidos con Deportivo Cuenca: 123 en el campeonato nacional y 8 en la Copa Sudamericana. Con ese conocimiento, ¿por qué el equipo no logra sostenerse como protagonista?
Hay un sinnúmero de situaciones que la gente no conoce o sabe y no hace nada por ayudar al club. Cuando llegué al equipo ya había perdido su complejo deportivo por sus deudas y eso ha sido determinante a la hora de estructurar un buen plantel. La falta de dinero no ha permitido sostenerse en lo deportivo porque los dirigentes salen de una deuda y ya aparecen tres o cuatro demandas. Hay mucha crítica, pero pocas soluciones. Deportivo Cuenca es el único equipo profesional de la tercera ciudad del país y lo mínimo que se puede hacer es llenar el estadio para exigir a la dirigencia que se armen buenos planteles.
¿El hincha ecuatoriano solo apoya cuando hay buenos resultados?
Sí, eso es claro, incluso en clubes como Liga de Quito que maneja una estructura importante. Vemos que si no gana tres partidos la hinchada se aleja del estadio. Sin embargo, no sufre sobresaltos en la parte económica. Hay pocas excepciones.
Cada semana hay clubes suspendidos por deudas. ¿Cómo salir de esa crisis económica?
La LigaPro sigue un modelo español y lo que pretende es solucionar esos problemas. Requiere tiempo y al parecer hay clubes que no van a sostenerse. Considero que en unos cinco años tendremos equipos con administraciones más ordenadas.
¿Favorece el nuevo sistema del torneo?
Es un sistema atractivo, aunque no le veo ningún beneficio. Para mí el grande siempre será grande por su plantilla y presupuesto; mientras al equipo considerado chico le costará avanzar o equilibrar fuerzas. Sin embargo, al final habrá gran expectativa, con estadios llenos y eso será importante.
Hasta la fecha, no ha existido tantas diferencias entre los punteros y los coleros
Es verdad, eso se notó en el empate entre Emelec y América, por ejemplo. Considero que es un campeonato equilibrado, con marcadores que no reflejan de lo ocurre en la cancha. Por ejemplo, América juega bien y no debería estar en el último lugar de la tabla.