Christian Pellerano: ‘Si no hay disciplina, se pierde respeto’

Entrevista a Christian Pellerano, jugador de Independiente del Valle. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

Entrevista a Christian Pellerano, jugador de Independiente del Valle. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

Entrevista a Christian Pellerano, jugador de Independiente del Valle. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

¿Qué destaca del futbolista ecuatoriano?

Son jugadores que tienen mucha destreza física y un potencial grande en ese aspecto. El fútbol ecuatoriano está evolucionando para bien y no es casualidad tener un equipo en cuartos de final de la Libertadores y otro en la misma instancia en Copa Sudamericana. Hace mucho que el país no tenía el protagonismo de ahora en torneos de ese calibre y con tantos equipos.

La mayoría de los entrenadores extranjeros que han llegado al país aseguran que el futbolista ecuatoriano es fuerte y potente en lo físico, pero les falta ser más en lo profesional.

Ser profesional depende de cada uno. Se tiene que saber lo que se necesita para estar a un nivel máximo y seguir creciendo. Todo está en la cabeza de cada jugador. Como entrenadores, pueden recomendar qué es lo conveniente para alcanzar un nivel de élite. Después, cada jugador tiene su manera de verlo. En todas partes del mundo hay jugadores más responsables que otros.

¿Cuánto puede pesar en un profesional un acto de indisciplina?

Mucho. Si no hay disciplina dentro de un plantel, automáticamente se pierde el respeto. Si eso sucede, el equipo o el jugador va por un camino equivocado. Lo primero, y lo principal, es el respeto al compañero. Y no me refiero a no insultarlo, sino respetarlo siendo puntual, entrenando como se debe. Acá el club tiene una línea clara en ese aspecto. En todos los clubes existen castigos y es así como se aprende.

¿A los jugadores jóvenes les cuesta entender qué es el respeto?

No es difícil. Hay que intentarlo siempre. Si el jugador joven no entiende esos conceptos es complicado. Ni los entrenadores ni los compañeros son padres de ellos para educarlos en ese aspecto. Lo que sí hacemos es tratar de ayudarlos a crecer, pero transmitiendo nuestra experiencia. Cada jugador es un mundo distinto.

¿Escándalos como el del piso 17 en la Tri pueden afectar a un jugador?

No sé qué es lo que pasó en lo del piso 17. Pero sí he sido testigo de muchos casos de indisciplina de jugadores cuyas carreras fueron en declive. Esa es una clara muestra de que si no eres responsable y se hacen cosas que no corresponden a este trabajo, no te va a ir tan bien como se espera. Es como todo en la vida. Para ser profesional se necesita respeto, orden, compromiso y responsabilidad. Los jóvenes deben entender que se está cobrando un buen dinero por hacer esto y que te debes a una institución o selección y que ellos necesitan de ti el máximo profesionalismo.

Santiago Escobar asegura que el jugador debe dignificar la profesión a través de los valores.

Estoy de acuerdo totalmente.

¿Cómo lograrlo?

Cada uno en su cabeza es un mundo. Hay que inculcar valores y hacerles ver qué están bien o mal en base a sanciones o como cada club o cuerpo técnico lo prefiera. Después, si el jugador lo acepta o no es un tema individual. Lo importante es intentar hacerlo. Cada uno sabe si lo toma o no.

¿En Independiente se habla de estos temas?

Normalmente se va hablando a principio de año. Tratamos temas como el compañerismo, el ser un grupo fuerte y que no nos cambien resultados, sean buenos o malos. Si en algún momento suceden situaciones fuera de lo común, se habla y se deja en claro que esto es un grupo y que más allá de las individualidades el equipo va delante de todo.

Es una plantilla de 23 jugadores no todos pueden ser amigos. ¿Cómo se trabaja el tema del individualismo en el equipo?

Uno puede tener una gran afinidad con cinco compañeros. En este club, por su estilo y su filosofía de formadores, puede que haya un grupo que viene jugando desde chicos. Pero sí tiene que haber respeto y compañerismo. Son dos aspectos que no se negocian. Esto es clave para que el grupo sea sólido. Esto se evidencia más cuando los resultados no son buenos. Ahí se ve si un grupo es bueno o no.

¿Se cometen estos actos de indisciplina por inmadurez?

Puede ser, pero creo que cuando un chico llega a primera división ya está bastante grandecito y tiene 18 ó 19 años y sabe bastantes cosas fuera de lo futbolístico. Hay muchos casos que ya son padres. La inmadurez así queda a un lado. Eso es más irresponsabilidad. Eso le puede pasar a un chico juvenil de la Sub 15, pero si ya es profesional y está en primera, ese tipo de situaciones ya se debe saber cómo manejar.

¿El jugador está obligado a madurar de forma precoz?

La madurez del futbolista va más adelantada que cualquier otra persona ajena a esta profesión. Te das cuenta en el aspecto familiar. Hay chicos que ya tienen esposa e hijos a los 21 o 22 años, a diferencia de otras personas que trabajan en oficina o en otros ámbitos que empiezan a ser padres a los 30.

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