Hace 13 años llegó a Ecuador desde La Habana. Trabaja con la ‘Gacela’ desde 2010. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
El ‘profe’ prefiere que las cámaras apunten a sus atletas. Quiere pasar inadvertido, pero es de los profesionales que ha venido a sumar por el progreso del atletismo ecuatoriano.
“Llegué a Ecuador hace 13 años. Vine primero a dictar unas charlas deportivas como miembro de Solidaridad Olímpica. Luego me vinculé como asesor de la Federación Deportiva de Orellana, que estaba en etapa de creación”, recuerda Nelson Gutiérrez, el entrenador de Ángela Tenorio, la mejor velocista que tiene el país en los actuales momentos.
Nació en La Habana hace 48 años. Cumplió años el pasado 7 de agosto, pero no celebró con su familia porque se encontraba en el Panamericano Juvenil que se realizó en Canadá.
“Soy licenciado en Cultura Física y tengo una especialidad en velocidad asistida”, añadió, por ello su pasión y su especialización en las pruebas de velocidad del atletismo, los 100 y 200 metros y la posta 4 x 100 m.
Hace cinco años, Ángela Tenorio buscó a Gutiérrez para que la entrenara. El ‘profe’ conocía a su hermana mayor, Lorena, porque practicaba atletismo, pero fue hasta Lago Agrio para conocer a sus padres, “para saber de sus genes y el potencial hereditario. También observé su capacidad de coordinación y reacción”. A esos primeros indicios se sumaron otros elementos como la actitud. “El creérselo que puede hacer. Ángela es muy competitiva”.
Además de trabajar con Ángela, dirige el entrenamiento de 16 atletas más, 12 pertenecen a Pichincha, con la que le vincula un contrato, y los otros cuatro pertenecen a la Selección Nacional. “Les pedí a Marizol Landázuri, Viviana de la Cruz y Yuliana Angulo , integrantes de la posta, que vengan a Quito a entrenar. Con ellas pudimos lograr el noveno lugar en el Mundial”.
Ahora, el ‘profe’ Gutiérrez espera que Kenya Quiñónez y Selene Cevallos también se trasladen a vivir a Quito para integrarlas al equipo de relevos. “La idea es buscar la clasificación de la posta a los Juegos Olímpicos. En Bahamas participamos por primera ocasión en el Mundial y logramos un noveno lugar, a Río de Janeiro se clasificarán las 16 mejores postas, quiere decir que tenemos posibilidades”.
Es meticuloso. Siempre habla de marcas, de técnicas. De mediciones y resultados médicos. Anota cada detalle de los entrenamientos, del calentamiento y de las horas de descanso. “En los Juegos Panamericanos, Ángela se lesionó durante el calentamiento antes de la final de los 200 m. Pensaba y recordaba qué hicimos, en qué nos equivocamos, y revisamos todos los movimientos que realizamos”.
Ese seguimiento metódico le ha permitido sumar nueve medallas mundiales con sus atletas, cuatro de ellas con Ángela Tenorio en las categorías Junior y Juvenil. También ha llegado a los Juegos Olímpicos con cinco atletas, Lisvania Grenot, cubana-italiana; Índira Terrero cubana-española; y, Zulia Inés Calatayud, cubana; y las ecuatorianas Érika Chávez, con quien fue a Londres 2012, y con Ángela Tenorio, con quien irá a Río 2016.
Reconoce que pasa más tiempo en la pista que en su casa, pero también destaca que tiene el respaldo de su esposa Keymi, y de sus hijos Jonatan, de 15 años, y David, de 6, “es ambateño”.
Ya está acostumbrado a Ecuador, incluso cuando habla del país, dice que “nuestro país nos permite entrenar en la Costa y subir a la altura sin complicaciones”. Vive en el sector de Sangolquí, “una zona de riesgo por el volcán Cotopaxi, pero ya tenemos nuestro plan de contingencia”.
Pese a la actividad volcánica, le gusta los paisajes andinos, “pero en la comida, me encanta el encocado de pescado”.