Orense se entrenaba en su complejo, en la vía a Pajonal. Los machaleños esperan la confirmación de su ascenso. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
En Machala están expectantes de la resolución que tome la Comisión Disciplinaria de la Ecuafútbol, sobre la denuncia de supuesto amaño de partido que pesa sobre Orense. Ese proceso evita que el cuadro de El Oro festeje su ascenso a la serie B.
Según la denuncia que presentó el club Chacaritas, de Tungurahua, los de Machala habrían comprado a los árbitros en el partido que disputaron ante ellos, en la penúltima fecha de la segunda categoría.
El martes pasado, la Comisión de la FEF ordenó un peritaje sobre las pruebas que presentó Chararitas, para confirmar o descartar la denuncia.
“Nosotros estamos tranquilos, hemos conseguido la clasificación limpiamente”, dijo Darwin Palacios, presidente del club. Ellos realizaron una gala la semana pasada, en la que se premió a los mejores deportistas del club, en todas las disciplinas.
Este año el fútbol dejó un sabor agridulce en esa provincia. Aunque están conformes con el rendimiento deportivo de Orense, el descenso y crisis de Fuerza Amarilla molesta a los habitantes de la provincia.
Su descenso se confirmó tres fechas antes del final del torneo, además de que sus jugadores reclamaban el pago de cinco meses de sueldos. En la FEF también registran deudas que superan los USD 100 000.
Luis Suárez, editor de deportes del diario Opinión y del canal Orovisión, quien siguió de cerca la campaña de ambos equipos confirma el malestar por el paso fugaz de Fuerza Amarilla en la serie A.
Dice que ese club tuvo poca cercanía con el aficionado de la ciudad, por falta de campañas de marketing. Criticó la falta de apoyo de las empresas privadas machaleñas, que dejaron al club como dependiente de los ingresos que generaban los derechos de televisión.
Tiene 26 años en el periodismo y cuenta que la afición no se sintió identificada con el club, debido al recuerdo de las campañas que hizo Audaz Octubrino en la década de los 80.
Eso se sustenta en la cantidad de asistentes que llevó el club al estadio Nueve de Mayo, en las últimas dos temporadas. La cifra, según la FEF, fue solo de 126 916 personas.
Carlos Falquéz, alcalde de la ciudad, reconoce que el descenso de Fuerza afectará al sector comercial de la provincia. “El transporte urbano interno, los restaurantes, los informales, el comercio en puerto Bolívar. Todos sentirán esta pérdida”, manifestó, sin precisar cifras estimadas.
Calificó de admirable el esfuerzo que hizo la directiva de Fuerza Amarilla para regresar a un equipo orense a la serie A, aunque también criticó su modelo de gestión.
“Cada directivo puede hacer con su equipo lo que crea mejor, sin embargo estas cosas pasan para que nos demos cuenta de que solos no podemos hacer nada; en estos casos es mejor la suma de voluntades”, dijo, respecto a la administración de Favián Aguilar, presidente de Fuerza Amarilla.
Ítalo Encalada, director ejecutivo de la Cámara de Turismo de El Oro, coincide con Falquez en la afectación al sector turístico, comercial y gastronómico que genera el descenso de Fuerza Amarilla.
Dejó fuera de la afectación al sector hotelero, pese a la cantidad de personas que llegaban a la ciudad para ver los partidos del campeonato. Según él, por cultura y cercanía, esos hinchas regresaban a sus ciudades al final de los encuentros.
Braulio López es dueño de dos hoteles en el centro de Machala, a cuatro cuadras del estadio Nueve de Mayo. Él ratificó lo dicho por Encalada, en cuanto a la ocupación hotelera derivada del campeonato.
“Los hinchas no se quedan, más bien son los clubes quienes ocupan los hoteles de primera línea”, dijo López. Aclaró que la presencia de dos equipos en la Serie B más sería beneficiosa para hoteles pequeños como el suyo, para el alojamiento de las delegaciones.