Partido disputado en julio entre El Nacional y Universidad Católica. Foto: EL COMERCIO
Octavio Zambrano lleva tres semanas al frente de El Nacional y, según su criterio, su equipo ya tiene una idea clara de su estilo de juego. Él aprovechó la paralización del torneo para mejorar físicamente a su equipo y acelerar el proceso de recuperación de los jugadores lesionados del plantel.
Según el entrenador, uno de los problemas físicos que encontró fue que los futbolistas acusaron lesiones debido a una minipretemporada realizó durante la paralización del torneo por el Mundial de Brasil.
El plantel, entonces dirigido por Carlos Sevilla, se concentró en Carpuela, Imbabura y realizó entrenamientos en canchas de fútbol sintético, algo que para Zambrano es contraproducente. De acuerdo con el DT, un equipo no debe realizar ejercicios físicos en canchas sintéticas, a menos que tenga un partido que se jugará en dicha superficie.
El fin de semana, el cuadro criollo se enfrentará con Universidad Católica el viernes, a las 19:30, en el estadio Atahualpa. “Ellos vienen con malos resultados en el torneo, pero ilusionados por su participación en la Copa Sudamericana”, dijo el defensa Javier Quiñónez, quien es titular desde la llegada de Zambrano. De acuerdo con el zaguero, su equipo deberá presionar desde el inicio.
Los jugadores criollos están más aliviados tras haber cobrado los dos meses atrasados de sueldos que les debía la dirigencia. Para hacerlo, los encargados del equipo tuvieron que llegar a un acuerdo con Marwin Pita y Franklin Guerra, jugadores del club que reclamaban el pago de haberes atrasados por USD 250 000. Se consiguió una moratoria de dichas deudas y toda la plantilla y el personal de apoyo del equipo pudo cobrar sus salarios.