Eliud Kipchoge cruza la meta y logra derribar en Viena el legendario muro de las dos horas sobre la distancia con un tiempo de 1:59:40, una marca que sin embargo no será oficial por las ayudas externas que recibió. EFE
El keniano Eliud Kipchoge, plusmarquista mundial de maratón y que el sábado 12 de octubre del 2019 se convirtió en el primer hombre en bajar de las dos horas, figura entre los once candidatos a atleta del año, anunció la Federación Internacional (IAAF).
Kipchoge ganó este año el maratón de Londres con récord de la prueba y corrió en 1:59:40 horas el sábado en Viena, registro que no obstante no puede ser homologado como nuevo récord del mundo.
El resto de aspirantes a mejor atleta masculino del año son Donavan Brazier (USA, campeón mundial de 800 y de la Liga de Diamante), Christian Coleman (USA, campeón mundial de 100 y 4×100), el ugandés Joshua Cheptegei (campeón mundial de cross, de 10.000 y de la Liga de Diamante en 5.000), el keniano Timothy Cheruyiot (campeón mundial y de la Liga de Diamante de 1.500), el bahameño Steven Gardiner (campeón mundial de 400), Sam Kendricks (USA, campeón mundial de pértiga), Noah Lyles (USA, campeón mundial de 200 y 4×100 y de la Liga de Diamante en 100 y 200), el sueco Daniel Stahl (campeón mundial de disco y de la Liga de Diamante), Christian Taylor (campeón mundial de triple y de la Liga de Diamante) y el noruego Karsten Warholm (campeón mundial de 400 vallas).
Los finalistas se conocerán después de los votos de los miembros del consejo de la IAAF, de la Familia de la IAAF y de los aficionados, proceso que acabará el 4 de noviembre. Los cinco elegidos en categoría masculina y femenina -la lista se conocerá este martes- serán anunciados próximamente y los galardonados recibirán el premio en la gala anual que tendrá lugar en Mónaco el 23 de noviembre.
“(Kipchoge ha sobrepasado) una barrera que se encontraba tan alejada del imaginario colectivo que hasta hace unos años ni siquiera se planteaba”, reconoció a Efe desde la ciudad de Eldoret Marc Roig, fisioterapeuta del equipo NN Running con el que Kipchoge entrena en el norte de Kenia.
En esta urbe, localizada a tan solo 25 kilómetros del campamento de entrenamiento de Kaptagat, miles de kenianos se aglomeraron al aire libre frente a una pantalla gigante a fin de acompañar con la mirada a su idolatrado héroe, quien estableció su nuevo récord en 1:59:40.
Aficionados observaron la carrera en una pantalla gigante que se instaló en una calle céntrica de Nairobi, en Kenia. Foto: AFP
“Me siento bien. Soy el hombre más feliz tras correr (el maratón) en menos de dos horas”,dijo el atleta tras superar uno de los retos más complicados de la historia del deporte.
El atleta reconoció que se trató de “una carrera dura” y subrayó que con esta marca histórica quiere mandar un mensaje de esperanza al mundo: “Juntos podemos hacer este mundo mejor”.
El maratoniano más rápido de la historia reventó el crono corriendo los 42.195 metros a una velocidad media más propia de un sprint, con un promedio de 17 segundos por cada 100 metros, 2 minutos 50 segundos por kilómetros.
El fondista, récord mundial de maratón (2:01:39), ha sido el protagonista en solitario de una carrera hecha a su medida, ‘Ineos 1.59’, en la que ha contado con ayudas externas no permitidas por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y, por tanto, su marca no será homologada.
Kipchoge corrió detrás de un vehículo que le iba marcando el ritmo para batir el muro de las dos horas y rodeado por siete liebres en formación de flecha para protegerlo del viento.
Esos siete corredores formaban parte de un equipo de 41 atletas de primer nivel que se fueron turnando a lo largo de toda la carrera para darle apoyo.
Las liebres eran una selección de atletas de primer rango, como los tres hermanos noruegos Ingebrigtsen -Henrik, Filip y Jakob- el etíope Selemon Barega, reciente subcampeón del mundo de los 5.000 metros, o los estadounidenses Bernard Lagat y Paul Chelimo.
También contó con un avituallamiento en movimiento y un circuito completamente llano y adaptado, incluso con partes recién asfaltadas para evitar irregularidades.
Kipchoge cruza la meta y atrás quedan los atletas que lo ayudaron en su reto, de bajar las dos horas en una maratón. Foto: AFP
Miles de personas madrugaron para animar al atleta en una prueba que tuvo lugar en el parque vienés del Prater, en un circuito completamente llano de 9,6 kilómetros, del que la inmensa mayoría del recorrido es recto y al resguardo de los arboles.
Han sido 4,3 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. A ambos extremos había dos amplias rotondas que han sido adaptadas para evitar cualquier desnivel.
Aunque se trata de un maratón de laboratorio, en el que todo estuvo calculado hasta el más mínimo detalle para batir el récord, correr a un ritmo tan brutal y hacer trizas el muro de las dos horas permite a Kipchoge entrar en el olimpo de las deidades del deporte.