Han transcurrido dos días desde que Lionel Messi pisó suelo guayaquileño y el delirio de sus fanáticos, que habitan en la urbe porteña, no ha parado.
El mejor jugador del mundo no ha tenido contacto alguno con sus fieles seguidores ecuatorianos durante su estadía en el país. Algunos hinchas apenas pudieron verlo a su llegada al aeropuerto José Joaquín de Olmedo, la noche del domingo y en la entrada al Hotel Hilton Colón.
Los únicos que pudieron mirarlo de cerca fueron los agentes de migración, quienes receptaron los datos del astro del Barcelona de España, antes del entrar al país. Incluso le hicieron una foto desde lejos y la gráfica fue un ‘boom’ en las redes sociales.
La seguridad de Messi es impresionante. Nunca está solo. Al aeropuerto José Joaquín de Olmedo llegó junto al preparador físico Pablo Blanco y dos guardaespaldas personales. Se parece a una estrella de Hollywood, pero no en vano es el jugador más cotizado del mundo y en la Selección de
Argentina como en el Barcelona, de España, lo cuidan como si tuviera piernas de oro.
Pero la esperanza por obtener un autógrafo o una foto de ‘Lio’ superó cualquier barrera. Ayer hinchas como Prieto Paredes, Estefano Villacreses, José Alcívar y otros aguantaron calor, sol y hasta el maltrato de los escoltas de seguridad de la Selección y el hotel que impidieron que los aficionados de la ‘Pulga’ se acercaran al parqueadero del lugar.
“No importa, nos aguantamos aquí el tiempo que sea suficiente para ver a Messi, es nuestra única oportunidad”, dijo Pietro Paredes, quien lució una camiseta con el número de Messi.
Mientras los fanáticos trataban de conseguir un autógrafo, la prensa nacional y extranjera intentó burlar como sea a los seis policías y dos guardias que custodiaban el hotel para intentar hablar con los miembros del cuerpo técnico, que a esa hora se paseaban por el ‘lobby’. Pero la tarea para los comunicadores fue imposible. No fotos, no videos, no entrevista. Y no Messi.
Los jugadores no se asomaron. Todo el piso nueve del hotel fue reservado para los seleccionados albicelestes. No bajaron para nada, incluso el almuerzo que fue servido a las 12:30 lo repartieron en una sala acondicionada en el mismo piso para evitar inconvenientes.
“Messi, Messi”, gritaban los fanáticos con la esperanza de que el argentino los escuchara y se asomara a la ventana de su habitación. Fue imposible. Ni siquiera el resto de sus compañeros, repartió fotografías y autógrafos.
Antes de la comida que consistió en una comida ligera, carnes, pollo, ensaladas, jugos naturales, el equipo se movió en el gimnasio. Previo al entrenamiento de la tarde en la cancha del estadio Monumental, a puerta cerrada.
Pero la preocupación de la prensa argentina y también de la local era saber si el rosarino pudiera jugar de titular ante la Tricolor, tomando en cuenta que aún no está totalmente recuperado de una lesión muscular que sufrió a principios de abril. Además, la altitud de Quito (2850 metros sobre el nivel del mar) pudiera resentir esa dolencia.
Ese escenario se vivió en la práctica de la tarde en el Monumental, donde los únicos que se fotografiaron con Messi fueron Gonzalo Castillejos, Matías Oyola, entre otros.
El equipo argentino viajará hoy a las 12:00 hasta Quito.