La renuncia de Ricardo Teixeira a la jefatura del fútbol brasileño, que comandó durante casi un cuarto de siglo, representa el fin de una era de “poder absoluto” y abre la esperanza de una mayor transparencia en los preparativos del Mundial 2014, estiman analistas.
“Terminó la era del poder absoluto”, anunció el analista deportivo Juca Kfouri, que sigue desde hace años la carrera de Teixeira, en el canal de televisión ESPN.
Teixeira, de 64 años, acusado de corrupción desde hace años, dirigía la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) desde 1989, protegido por su ex suegro Joao Havelange, que presidió la FIFA de 1974 a 1998. El lunes renunció a ese cargo y al Comité Organizador Local (COL) de la Copa del Mundo 2014, que co-preside junto a los ex astros del fútbol Ronaldo y Bebeto.
Además, es vicepresidente de la FIFA. Si se confirma su renuncia a este puesto, sería el tercer vicepresidente del organismo en abandonar su cargo en un año rodeado de acusaciones de corrupción, junto al trinitario Jack Warner y el catarí Mohamed Bin Hammam.
“La CBF es una caja negra, un reino impenetrable. No había controles, no había cuentas abiertas, no había auditorías externas. Todo giraba en torno a Teixeira”, dijo Marcos Guterman, autor del libro “El fútbol explica a Brasil: una historia de la mayor expresión popular del país”.
“Con la partida de una figura tan ligada a escándalos, concentración de poder, tráfico de influencias y negocios tras bastidores, condenados por tantos brasileños, es posible que los clubes se articulen de manera más transparente y abierta. Y hay más posibilidades de que el Mundial y su organización sean más transparentes”, añadió.
El sucesor de Teixeira en ambos puestos, Jose Maria Marin, de 79 años, insistió en que su gestión será de “continuidad”, pero los reclamos por más transparencia en la CBF y en los preparativos del Mundial, a tan sólo dos años del torneo, no se hicieron esperar.
Para Elena Landau, abogada y economista experta en fútbol, tras la salida de Teixeira “la CBF precisa dejar de ser intocable”. “La CBF es lo que es porque explota el elemento cultural tal vez más importante de la población brasileña, que es el amor por el fútbol”, recordó Landau en la radio CBN de Globo.
A diferencia de su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva, la presidenta Dilma Rousseff siempre trató a Teixeira con distancia y nunca le recibió en audiencia.“La presidenta Dilma hizo un golazo” con la partida de Teixeira, opinó Kfouri.
Para el diputado Alvaro Dias, que investigó a la CBF en 2001, el gobierno debe aprovechar esta oportunidad para ganar más espacio en la organización del Mundial. “La Copa está siendo preparada con recursos públicos, el gobierno tiene que asumir la responsabilidad”, declaró.
Al igual que otros analistas, Guterman destacó también un legado positivo de Teixeira. “Transformó la selección en algo profesional, ganó Copas del Mundo (1994, 2002), la Copa en 2014 en Brasil es hoy una realidad” y la selección “factura actualmente lo que se merece facturar”, dijo. La CBF tiene hoy 11 auspiciantes que pagan unos 126 millones de dólares anuales.
Pero Guterman recordó que “la selección sólo juega en el exterior de acuerdo a los intereses de sus patrocinadores, dejando de lado muchas veces los intereses de la hinchada brasileña”. De hecho, el momento deportivo de la selección inquieta a pesar de que en la última clasificación de la FIFA, en marzo, pasó del séptimo al quinto puesto.
El ex atacante y actual diputado federal Romario, que comparó la salida de Teixeira de la CBF con “exterminar un cáncer”, exigió “una limpieza general” en la Confederación, aunque admitió que lograrlo “es muy difícil y casi imposible”. “Después de 23 años de una gestión marcada por (…) desprecio por la transparencia, el fútbol tendría mucho que ganar con una gestión más profesional y ventilada”, opinó por su lado el diario Folha de Sao Paulo en un editorial.
“Pero Marin, de 79 años, representa la continuidad, si no un retroceso”, apuntó Folha, y estimó que la renovación de la CBF “difícilmente ocurrirá en los próximos años”.
Marin —designado para reemplazar a Teixeira por ser el vicepresidente de más edad de la CBF, tal como indica el estatuto de la entidad — debe terminar en 2015 el mandato, y recién entonces se convocarían elecciones. Pero al menos cuatro presidentes de federaciones “rebeldes” se oponen a Marin y exigen cambios inmediatos.