Durante los 93 minutos que duró el partido que definió la participación de Ecuador en el mundial de Brasil 2014, el presidente Rafael Correa se pasaba las manos sobre la cabeza, hacía gestos de indignación cuando los jugadores tricolores no hacían los goles. El Primer Mandatario vio el juego en el Ministerio Zonal, ubicado en el norte de Guayaquil.
En el tercer piso del edificio, Viviana Bonilla, gobernadora del Guayas; José Francisco Cevallos, ministro del Deporte y la soprano Beatriz Gil Parra se sentaron junto al Jefe de Estado. Allí también estuvieron exglorias del fútbol ecuatoriano como Luis Capurro, Holger Quiñonez, Jimmy Montanero, entre otros.
Aunque el partido que se transmitía en el salón estaba retrasado, no fue problema para que los espectadores disfruten. El Presidente Correa recibió dos vuvuzelas de regalo, no las usó.
Los cometarios del Presidente sobre el partido fueron cruzados con Cevallos. Los gritos de las personas que estaban en el salón retumbamban y eran ensordecedores con el sonido de las vuvuzelas.
Cuando llegó el primer gol de la selección ecuatoriana, todos saltaron de sus asientos, se abrazaron y sonreían. El triunfo dejaba a un lado los minutos donde las esperanzas parecían desaparecer.
Al final de los 93 minutos, Correa abrazó a Cevallos, a Bonilla y a toda persona que se le acercaba. De pronto fue cubierto por un muro de cámaras de los medios de comunicación. Apenas se logró escuchar su agradecimiento a la selección y dijo que aún no está seguro que vaya a Brasil a ver jugar a su Tricolor.