El restaurante Rincón del Sabor fue uno de los pocos negocios que no cerró en la comuna de El Juncal, en Ibarra, norte de Ecuador, durante el partido de fútbol que disputó Ecuador ante Chile.
Su propietaria Sonia Méndez, hermana del seleccionado, Edison, preparaba la alimentación para los seis comensales que hicieron un alto en el tránsito de la Panamericana que enlaza a Tulcán, en Carchi, con Ibarra, en Imbabura.
En esta localidad de 3 000 habitantes, la mayoría afro, no hubo tanta algarabía como en las dos primeras clasificaciones de la Tri al Mundial de Fútbol. Una de las razones comenta Varón Delgado, presidente de El Juncal, es que solo dos futbolistas de esta zona integran esta vez la selección. En los mundiales anteriores el Valle del Chota aportó al combinado nacional hasta con siete jugadores.
Ahora solo militan los jugadores Méndez y Renato Ibarra, los padres de éste último futbolista viajaron a Quito para seguir el encuentro futbolístico en casa de un familiar. En tanto, nueve vecinos de la familia Ibarra observaban el encuentro en un televisor de 21 pulgadas en el pasillo de la casa de William Borja.
Soñia Méndez transitó entre la cocina y el pequeño comedor de su local para estar al tanto del partido. Aunque su hermano no jugó ayer mantuvo su entusiasmo por el pase al Mundial de Brasil. Su madre Carmelina Méndez miró el cotejo en su habitación.
Los dos goles que marcó la escuadra chilena en la primera etapa del partido silenciaron el salón. Los 11 comensales del Rincón del Sabor no podían creer el bajón de los seleccionados.
Así permaneció hasta el minuto 69, cuando el delantero Felipe Caicedo puso el tanto del descuento. “Gol” gritó Sonia Méndez quien miraba desde el mostrador de su local.
Esta vez, la danza y la música bomba no afloraron en el Valle del Chota. José Maldonado, teniente político de Ambuquí, recuerda que la primera ocasión que Ecuador clasificó a un mundial en el Chota hubo fiesta.