David Fandila durante su intervención en la plaza San Isidro Labrador, de Latacunga. Paúl Rivas / EL COMERCIO
Lleno hasta la bandera y El Fandi con tres orejas en su espuerta. El sábado se lidiaron toros de Huagrahuasi y de Triana, que completó -de esta manera- una feria de notable juego del ganado.
David Fandila, El Fandi, cortó tres orejas y Sebastián Castella, una, que devolvió antes de dar la vuelta al ruedo.
El primero de la tarde, un toro con trapío, poder y transmisión, fue recibido por El Fandi por verónicas, galleó para llevar al toro al caballo, luego de un fuerte puyazo hizo un quite por chicuelinas.
Explosivo y alegre fue el tercio de banderillas que el diestro domina. La faena de muleta tuvo transmisión. El toro apretaba, pero El Fandi logró muletazos estimables que transmitieron mucho cuando el toro humillaba sin descanso. Una tanda de enjundia dio la talla de importancia, entre tantas estimables, por ese pitón que fue el bueno de la res. Oreja, vuelta celebrada y palmas al toro en el arrastre.
El segundo del diestro de Granada se prestó para el lucimiento. Tenía hechuras y gran alegría. Una verónica de gran ritmo, cacerinas, zapopinas, chicuelinas y un tercio de banderillas siempre bullidor y con plena conexión… para arrancar ovaciones. Una vez más el pitón derecho fue sensacional.
Un toro que humillaba y daba espectáculo y con el que El Fandi le consiguió muy buenos muletazos y pasajes de toreo profundo antes de variar de faceta al repertorio vistoso y que prendió los tendidos. Por naturales, el toro apretaba y consiguió el diestro una serie de mérito. Estocada de buena ejecución, apenas caída. Dos orejas para el torero y la vuelta al redondel para el toro.Nuevo en esta plaza era Sebastián Castella. No se acopló y hasta perdió el paso y estuvo a punto de ser empitonado al rematar el quite vistoso. La faena de muleta acopió pases por ambos lados sin la suficiente conjunción y, como lo que mal empieza mal acaba, mató de tres pinchazos y estocada entera. Aplausos.
El último toro de la tarde fue el más serio de un doble encierro de buena lámina en ambos días, donde el juego del ganado mostró al toro que humilla aunque siempre con los matices propios de la casta.
El toro sacó temperamento y la faena tuvo momentos buenos y otros sin el temple que atesora regularmente este gran torero francés. La fase final de la faena tuvo el nivel que el toro pedía y Castella dio tres series de excelentes derechazos de vibración. Pidió que siguiera sonando la música y volvió a exigirle al toro por el pitón derecho, por donde el burel humilló en sus últimos suspiros antes de irse a tablas. Se volcó el matador para dejar una estocada trasera que fue suficiente. Oreja que entregó a la cuadrilla y vuelta al anillo.
Al finalizar la corrida, El Fandi salió a hombros en medio del entusiasmo de sus muchos partidarios.
Ambos toreros protagonistas del sábado se verán las caras el día 1 de diciembre en la plaza Belmonte, junto al maestro Enrique Ponce.