Hace alrededor de 10 días, en las versiones electrónicas de varios medios de comunicación ecuatorianos y en las redes sociales, empezó a circular información referente a un presunto rechazo del Ecuador a la posibilidad de que el Rally Dakar atraviese nuestro territorio en su edición 2015.
El tema generó diversas reacciones, pues no se conocía que la Amaury Sport Organisation (ASO), la entidad francesa que organiza el evento, hubiera enviado una propuesta formal al Gobierno Nacional con tal fin.
A los pocos días, lo que empezó como un rumor finalmente se confirmó con la circulación del oficio Nro. MT-MINTUR-2013-1253 del Ministerio de Turismo, dirigido a la Presidencia de la República, en el cual el titular de esa Cartera de Estado y los del Ambiente, Deportes y Coordinación del Patrimonio recomendaban al Gobierno Ecuatoriano que responda negativamente a tal proposición.
En los antecedentes incluidos en dicho documento, con fecha 26 de abril, consta que la propuesta fue presentada el 26 de junio del año pasado por Etienne Lavigne y Gregory Murac, principales directivos de la ASO, ante los ministros de Deportes y Turismo y el Secretario Particular de la Presidencia.
En caso de aceptar, Ecuador, como todos los países por los que pasa el Rally, debía cumplir una serie de requisitos de tipo económico y logístico principalmente.
Durante los siguientes 10 meses, por petición del Ministerio de Turismo, la ASO envió información sobre diferentes aspectos relacionados con la competencia, e invitó a una delegación del mismo a la ceremonia de largada de la edición 2013, que tuvo lugar el pasado 5 de enero en Lima, Perú.
Finalmente, en una reunión interministerial que se llevó a cabo el 17 de abril se analizaron los pro y los contra de la llegada del Dakar al territorio ecuatoriano. Los secretarios de Estado deliberantes consideraron que las condiciones de la propuesta eran desfavorables a los intereses del país, por lo cual su recomendación fue negar la llegada del Dakar al Ecuador.
Como principales argumentos, el informe señala que el Dakar atenta contra la vida humana de los espectadores y de los residentes de las zonas aledañas a su paso, así como contra el medioambiente; que requiere una inversión económica demasiado alta (USD 9 millones) para favorecer a una empresa privada y que se trata de una disciplina que no goza de popularidad en el país.
Si bien las justificaciones son plenamente válidas, cabe preguntarse por qué entonces Argentina, Chile, Perú y Bolivia permiten que la competencia atraviese sus territorios, si en su momento debieron plantearse consideraciones muy similares a las de nuestro país.
Más aún, el Gobierno boliviano recientemente concluyó varias gestiones del más alto nivel encaminadas a albergar algunas etapas de la prueba a partir del 2014, las cuales duraron un par de años.
“El Dakar no solamente es una aventura competitiva de motorizados, sino también una forma de integrarnos al mundo”, declaró el Presidente Evo Morales hace poco más de un mes, al presentar oficialmente a Bolivia como una de las sedes de la próxima edición.
Posiblemente el presidente Morales consideró las ventajas que supondría la intensa exposición mediática de Bolivia ante otros 190 países durante los días de la competición y el retorno económico que ello podría significar en términos de promoción turística.
Asimismo, él y sus asesores seguramente tomaron en cuenta la protección de las personas y del entorno y se preocuparon tanto del diseño de las rutas como de las acciones de reparación ambiental posteriores al paso de la carrera.
Los motivos expuestos por el Gobierno Nacional son respetables, pero la supuesta impopularidad del deporte motor es cuestionable. Basta recordar les emociones que siempre despertaron en el público las caravanas motorizadas en las vueltas a la República.
PUNTOS DE VISTA DE FIGURAS DEL MOTOR
Juan Espinosa, es presidente de la Federación de Automovilismo
El Dakar hubiera sido importante para el Ecuador por el hecho de colocar el nombre del país en un contexto internacional durante más de 60 días (entre la previa, el evento y la difusión posterior) en señal televisiva y en más de 220 países de todo el mundo. Además, generaría muchos empleos internos temporales, ya que la organización contrata servicios para su logística como son transportes,compra de alimentos, alquiler de vehículos, etc. En turismo hubiera significado, igualmente, un alto ingreso económico. No menos de 35 000 turistas visitarían la zona con un gasto medio de USD 2 500 dólares por persona, lo que equivaldría a USD 70 millones de ganancias.
En referencia al impacto ecológico, lamentablemente solo se tomaron en cuenta opiniones de organizaciones ambientalistas que se oponen al Dakar en todas partes y no se ha utilizado un criterio técnico para el análisis. Los vehículos que participan en este evento, dado el alto nivel de tecnología con el que cuentan, generan emisiones de gases inferiores a las expulsadas por un vehículo convencional. Además la contaminación que producen lubricantes, filtros y repuestos debe contextualizarse. Debe tomarse en cuenta que del consumo total de los 15 días que dura el evento y de los 443 vehículos que participan, no más de un 10% tendría lugar en territorio ecuatoriano. Adicionalmente, la organización plantea el compromiso y el cumplimiento de la recolección de residuos. Si no hubiera sido así, otros países no habrían apostado por ser parte de este evento.
Por último, el Gobierno afirmó no dar prioridad al Dakar al no estar dentro de los deportes del ciclo olímpico, sin embargo disciplinas que no entran en esta categorización han dado al Ecuador grandes logros deportivos, por lo que considero que ese justificativo no tiene validez alguna.
PILOTO DE RALLY
Paúl Zea, piloto de Rally
El Dakar tiene mucha historia en Europa y África, y Sudamérica cuenta con la suerte de tener esta carrera desde hace pocos años.
Yo como piloto de rally y fiel seguidor de este deporte, sé que muchos países han solicitado ser tomados en cuenta para que la competencia atraviese sus territorios. No entiendo por qué el Ecuador es el único en rechazar esta propuesta.
Si bien es cierto que la inversión que la Organización del Dakar solicitó al Gobierno Nacional era fuerte, no se analizó el movimiento económico que generó el año pasado en Perú, que fue de alrededor de USD 100 millones.
De igual forma, la propia organización Dakar se encarga de apoyar al medioambiente a través de dinero y proyectos ecológicos, como en Perú o Chile Por la afición y admiración que tengo hacia este deporte, me hubiera gustado ver de cerca un evento así. Ojalá algún momento se cumpla la realización del Dakar en nuestras tierras y podamos disfrutar esta aventura.
PILOTO DE RALLY
Luis Valverde, piloto de Rally
No siempre hay oportunidades de esta magnitud. La realización de un evento mundial tan importante como este hubiera sido transcendental e histórica, especialmente porque nos haríamos conocer como país. El Gobierno informó que este acontecimiento involucraba mucho dinero, pero yo creo que podría haber sido una inversión a nivel turístico y una forma de desarrollar su imagen.
Por otro lado, el Rally es un deporte que atrae a mucha gente y que tiene miles de seguidores. Lo más apropiado hubiera sido que el Estado se apoyara en empresas privadas de turismo o de deporte para el financiamiento del mismo.
Con respecto al tema ecológico, es fundamental considerar esto, pero creo que la organización del Dakar conjuntamente con los entes gubernamentales podrían haber tomado las medidas necesarias para preservar los diferentes ecosistemas.
Definitivamente creo que el Dakar en Ecuador hubiera dado alegría a muchas personas y hubiera sido muy concurrido, ya que es gratuito.