En guayaquil los aficionados de la Selección ecuatoriana observaron con atención el partido ante Bolivia. Foto: Gabriel Proaño/EL COMERCIO
La euforia se adueñó de la avenida 9 de octubre, en el centro de Guayaquil. Los goles de Miller Bolaños y Felipe Caicedo, que le dieron la victoria a Ecuador 2-0 sobre Bolivia, provocaron un ensordecedor grito, que retumbó desde el parque Centenario hasta el hemiciclo de la Rotonda.
Cerca de 100 personas se aglomeraron a las afueras de un local de venta de electrodomésticos, para poder ver el juego. En la tienda había un televisor de 84 pulgadas y alta definición, que fue aprovechado por los aficionados.
“La lluvia nos complicó, el primer tiempo no se pudo jugar bien. Lo bueno fue que los jugadores no estaban apurados”, mencionó Pedro Lozano, vendedor informal que observaba el partido en la céntrica calle porteña.
Los vehículos se estacionaban en doble columna para poder ver de lejos el juego. Los emocionados conductores hacían sonar el claxon de sus autos para festejar las conquistas que le dieron el triunfo a la Tri.
En la Zona Rosa de Guayaquil, los bares, discotecas y restaurantes abrieron desde las 15:00, para recibir a los hinchas. “Me fugué de la oficina para poder ver el juego. Vine con unos amigos”, contó Marcelo Gutiérrez, quien disfrutaba en el bar Sport 234.
Los administradores del local hicieron promociones en los precios de las bebidas alcohólicas. También bajaron los precios de los aperitivos, para llamar a los clientes.
Los bares Corralon y El Colonial, mantuvieron los precios de las bebidas y de las botanas. Ambos lucieron llenos. “Fue un partido más difícil de lo que esperábamos, pero lo sacamos adelante y ya tenemos seis puntos”, celebró Gabriel Alfonso, quien estaba acompañado de su novia Cecilia Martínez.