Dixon Arroyo sostiene a su hijo Thiago, junto a su esposa Claudia, en Sangolquí. Foto: EL COMERCIO
Cuando Dixon Arroyo era un niño, su madre, Sandra Espinoza, le escondía los zapatos para que se dedicara a estudiar y no saliera al parque a jugar fútbol con sus amigos.
Sin embargo, él se daba modos para escaparse con los pupos bajo el brazo, saltando un muro en su natal Guayaquil. Hoy, a diferencia de aquellos años, ella le dice: “Mijo no se olvide de llevar sus zapatos”.
La vida de este volante de 22 años cambió desde aquella época de la infancia, cuando en la escuela Betania se dedicó al fútbol, baloncesto y al atletismo. Incluso, fue uno de los más destacados dentro de esta última actividad. “Por eso es que nadie me agarra ahora”, asegura en son de broma.
Arroyo se unió esta temporada al Independiente del Valle por la buena campaña que hizo el 2014 con Liga de Loja. Pero antes, estuvo a punto de ser jugador de Liga de Quito (con ese club ya tenía un arreglo).
La negociación cambió dos días antes, el martes, cuando recibió la llamada de Michel Deller para tratar de convencerlo de ir a filas negriazules. El directivo lo sondeó desde el final de la primera fase.
“Me decidí por Independiente, porque vi la oportunidad de pelear un puesto. Sabía que tenía posibilidades de jugar que en Liga, sin imaginarme que sería titular”, admitió Arroyo en la sala de su hogar. Allí estuvieron presentes su esposa, Claudia Bastidas, y su hijo Thiago, de 2 años. Su familia lo respaldó en su decisión. De hecho, su cónyuge es una especie de técnica en casa.
Claudia siempre está presente en los estadios y analiza los movimientos que hace su esposo en la cancha. Cuando ya están en la intimidad del hogar, hablan sobre los partidos.
Fue ella quien influyó en su vida. “El hecho de tener una familia, un hijo, me hace ver las cosas de otro modo”, asegura el volante, quien anhela volver a la Selección. Esta tarde (16:00) juega ante Mushuc Runa, en el estadio Bellavista.
Arroyo cumplió el proceso formativo en los combinados menores, desde la Sub 13 en un torneo amistoso en el 2006 en Estados Unidos, con Javier Rodríguez (actual DT de la Sub 17), hasta el último microciclo con el equipo mayor, antes del Mundial de Brasil 2014, comandado por Reinaldo Rueda.
A pesar de su edad, cuenta con recorrido internacional. Un recuerdo que atesora sucedió en la Copa Sudamericana 2013, contra el argentino River Plate. Arroyo tocó el trasero del colombiano Teófilo Gutiérrez para sacarlo de casillas, por sugerencia del golero Fernando Fernández.
A partir de ese momento, el ariete del club gaucho trató de agredirlo y lo insultó todo el cotejo. Casi había logrado su propósito de hacerlo expulsar, aunque la ‘U’ lojana perdió.