Orejas de peso para Ventura y Ferrera

Diego Ventura, una figura del rejoneo de las grandes ferias de América y el mundo, estará en San Cristóbal, Venezuela.

Diego Ventura, una figura del rejoneo de las grandes ferias de América y el mundo, estará en San Cristóbal, Venezuela.

Diego Ventura, rejoneador portugués. Foto: Archivo

El rejoneador Diego Ventura y el matador Antonio Ferrera cortaron una oreja cada uno. Poco premio para una labor que, en ambos casos, mereció las dos orejas.

La corrida se celebró con lleno absoluto en los tendidos y con toros de tres hierros de Hugo Domingo Molina: Rancho Grande, Las Palmas y La Consolación, de peligroso juego, del que destacó el corrido en séptimo lugar . Para rejones las reses fueron de San Mateo – ganadería de El Capea – destacando el excelente quinto al que el público pidió el indulto y se le dio la vuelta al ruedo.

El sorpresivo infarto fulminante de Sabiote, caballo con el que iba a entrar a matar Ventura sembró desconcierto. Lo mismo ocurrió con la fuerte voltereta que recibió el español David Galván.

Diego Ventura completó una labor discreta con algunos pasajes lucidos en su primero, que abrió plaza, con el que falló reiteradamente con el rejón de muerte. Aplausos.

Excelente y de conexión fue la labor ante el extraordinario toro que se corrió en quinto lugar. Lució especialmente en banderillas con desplazamientos laterales en toda la periferia del redondel, banderillas lucidas al cuarteo y al quiebro. El caballo Morante fue otra vez la fiesta para el gran público. Citaba con la mano al toro y se lució en banderillas rematadas con los conocidos mordiscos. Volvió a torear de muleta desde el caballo, en medio del entusiasmo popular que ya clamaba por el indulto. Luego de cambiar de cabalgadura y a lomos de Sabiote dejó lucidas banderillas cortas. Al citar con el rejón de muerte el caballo sufrió un infarto y quedó muerto en la arena. Ventura se repuso del golpe y en Demonio colocó 2 rosas y un rejón de muerte. Oreja y fuerte petición de dos que el palco desoyó. Vuelta Emotiva.

El espada más antiguo, el venezolano Leonardo Benítez, mostró su oficio y buen quehacer en el primero, un toro sin fuerza ninguna. No estuvo afortunado con la espada.

En su segundo nada pudo hacer ante las peligrosas condiciones de la res. Benítez despachó al toro que causó el percance de Galván ,al que le arrancó una meritoria serie de derechazos y pasó apuros porque el toraco no se dejaba matar. Dos avisos. Antonio Ferrera demostró ser buen compañero asistiendo al coleta nacional en el trance complicado.

El diestro Ferrera pechó con un pésimo primer toro al que lanceó con apostura y banderilleó con entrega. Mal con la espada por las condiciones del burel, escuchó un aviso.

El séptimo fue un toro noble y repetidor. Ferrera salió con toda voluntad con una larga cambiada y verónicas con donaire. Lo banderilleó de forma espectacular y cuajó una labor completa que empezó de rodillas y labró un trasteo por ambas manos con gran temple y a media altura celebrado por la parroquia. Con un estocadón que derribó al toro sin puntilla recibió una oreja aunque sin duda ninguna mereció el doble trofeo inexplicablemente arrebatado por el palco.

David Galván demostró su buen corte con la capa y por doblones muy lucidos empezó su labor después de brindar al público. El toro cambió repentinamente de lidia y se volvió imposible. Etocada tendida.

Al octavo salió decidido Galván pero el toro lo cogió antes de entrar al caballo de forma aparatosa. Quedó inconsciente y sufrió dos puntazos y contusión cervical. Lástima un torero de buen concepto al que castigan los toros de forma inmisericorde. Benítez se hizo cargo del toro como quedó relatado.

Las protestas contra el gobierno se dejaron escuchar toda la tarde en la plaza.

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