Su clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres tiene más méritos que la de otros deportistas. Paola Pérez Saquipay mide 1,45 metros de estatura y pesa 145 libras, cuya desventaja es aprovechada por las espigadas rivales. Además, sus limitaciones económicas son preocupantes.
Por su estatura, sus compañeras de prácticas lo conocen como ‘Piru’. Viene de Pirula (menuda), explica su hermana mayor Mónica (de 24 años), quien la llevó a entrenar en la escuela de marcha Luis Chocho, ex técnico de Jefferson Pérez. “Me retiré porque tuve un hijo, pero Paola se quedó”.
Paola Bibiana se fue del país el pasado 8 de abril para entrenarse y competir en Río Maior, Portugal. Luego partió a Zaniemysl, Polonia y allí, el pasado 21 de abril, registró marca A olímpica al cronometrar una hora, 32 minutos y 1 segundo (1:32:01) en la prueba de 20 kilómetros.
Desde Polonia, vía correo electrónico, la andarina de 22 años contó a El COMERCIO que su meta en Londres es mejorar su marca y ubicarse entre las 20 mejores. “La clasificación a los Juegos Olímpicos es mi logro más importante y ahora mi meta más cercana es la Copa Mundo”.
Ese certamen será en Saransk, Rusia, el próximo 13 de mayo. Allí tendrá como integrante del equipo ecuatoriano a la lojana Yadira Guamám, quien también está clasificada a Londres. Ambas viajarán a la ciudad rusa con tres días de antelación con sus entrenadores Luis Chocho y Luis González.
En la habitación familiar. Rosa Saquipay y Luis Pérez junto con sus cinco hijas. Falta el varón, Luis. Foto: Xavier Caivinagua
Paola siempre quiso sobresalir para dejar atrás la pobreza. Ella, sus padres (Luis Pérez y Rosa Saquipay), así como sus seis hermanos, viven en una habitación arrendada de nueve metros de largo por cuatro de ancho. Ella duerme en una cama de dos plazas con tres de sus hermanas.
Este Diario puso al descubierto la realidad en la que vive la marchista y el ministro del Deportes, José Francisco Cevallos, se comunicó de inmediato con José Verdezoto, presidente de la Federación Deportiva del Azuay. Pidió empezar los trámites para la compra de una vivienda para la deportista.
Su sencillez hace que todos tengan un afecto especial. Libia Tapia, rectora del colegio mixto Manuel J. Calle, donde se educó Paola, la recuerda con cariño. “Siempre fue una buena alumna, respetuosa y disciplinada. En su momento, nosotros le ayudamos en lo que pudimos”.
Según Saquipay, los padres de familia del colegio Manuel J. Calle ayudaron económicamente a su hija para que viajara a un Sudamericano de marcha en Bolivia. “Si no estoy mal fueron USD 300 y el resto, unos USD 500, pedimos a unos familiares. Fue la ilusión por su primera salida a una competencia internacional”.
Juan Chocho, uno de los entrenadores de la seleccionada nacional, comenta que Paola cumple las tareas encomendadas a cabalidad. “Nunca se queja de nada” y por eso pronostica un puesto significativo en la Copa Mundo.
Pérez, desde Polonia, destaca el apoyo de sus padres, pese a la pobreza en la que viven. Se siente orgullosa de su familia. “Mis padres y mis hermanos son lo más grande que tengo en la vida”. La medallista de bronce en los Juegos Sudamericanos del 2010 reconoce que la humildad lleva al éxito.
HOJA DE VIDA
Paola Pérez
Su experiencia. Nació en Cuenca el 21 de diciembre de 1989. Sus padres son Luis Pérez y Rosa Saquipay. Tiene seis hermanos y un sobrino.
Sus estudios. Tiene aprobado el tercer ciclo de Educación Básica en la Universidad de Cuenca. Dejó de estudiar para entrenarse.