Jugadores del Deportivo Quito en el estadio Atahualpa durante el partido entre Universidad Católica y Liga de Loja, el 17 de octubre de 2014. Foto: EL COMERCIO
La tensión y la frustración de los futbolistas del Deportivo Quito disminuyeron. Después del intento de paralizar el Campeonato en el estadio Olímpico Atahualpa, los jugadores chullas regresaron al complejo de Carcelén para hallar una solución al problema.
Iván Hurtado, presidente de la Agremiación de Futbolistas del Ecuador (AFE), llegó al lugar para respaldarlos y plantear una solución tras la renuncia de Santiago Ribadeneira a la presidencia del Deportivo Quito.
Ya sin la indumentaria de entrenamiento, el plantel conversó con Wladimir Ortiz, gerente del club azulgrana. Hubo un planteamiento. Este fue que que un grupo de socios reúna los USD 270 000 para cancelar este monto de una deuda en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) para que el equipo pueda jugar el domingo ante Emelec.
Ricardo Acosta es uno de los ex dirigentes que apeló a que un grupo de socios ponga el dinero. El plazo para que el Quito cancele la deuda vence a las 18:00 de este 17 de octubre.
Pero ese sería solo un paliativo y entre los jugadores no hay seguridad de que si se paga la deuda viajen a jugar porque el plantel tampoco ha cobrado sus sueldos.
El equipo se volverá a reunir pasadas las 18:00 para decidir si viajan o no. Según la Asociación de Futbolistas del Ecuador, si se paga la deuda hoy para la próxima semana se deberá reunir USD 600 000 para evitar otra sanción.
Sin directiva y con la presión de pagar la deuda, los futbolistas chullas resolverán en la noche si viajan o no. El vuelo está previsto para el domingo y la reserva del hotel también está lista en espera de respuestas.