L a pelea dirigencial le está haciendo daño al deporte. El Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) dice tener la razón. Lo mismo argumenta el Ministerio del Deporte.
Pero la realidad es que ninguno de estos dos organismos se ha puesto aún en los zapatos de los deportistas. Estos son los grandes damnificados de los caprichos por mantenerse en el poder.
Es inaudito que delegaciones ecuatorianas compuestas por patinadores, nadadores, atletas, pesistas, bicicrosistas… salgan del país y estén mendigando inscribirse en torneos internacionales, hasta horas antes que empiecen. O que deban atenerse a concursar con banderas blancas, sin poder ostentar el pabellón nacional, como una falsa salida. Es una vergüenza. Y esto lo han vivido decenas de deportistas de un tiempo a esta parte.
Y últimamente lo palpó una niña de 15 años (Neisi Dajomes), quien después fue campeona mundial en pesas. Ese hecho debería hacer reflexionar a la sociedad.
¿Qué culpa tienen los deportistas de los desaciertos, intereses de perpetuarse en la dirigencia y las ambiciones de notoriedad a través del deporte?
Es necesario terminar con esa pelea inútil que lo que está haciendo es separar a los propios deportistas de los directivos que manejan las federaciones deportivas nacionales.
Los actuales dirigentes deberían dar paso a un costado para que se verifiquen nuevas elecciones, que terminen con esta pelea que únicamente perjudica al deportista.