El equipo de nadadores con discapacidad intelectual que practica con Bárbaro Ávila en la piscina de El Batán. Byron Chiliquinga, opcionado para los Paralímpicos 2016, está adelante con gorra amarilla de Ecuador. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
Aquella frase del ‘sí se puede’, que corean hasta con lágrimas los hinchas en los partidos de la Selección ecuatoriana de fútbol, es aún más aplicable entre los deportistas con discapacidad.
“Ellos son un ejemplo de que sí se puede. El deporte les permite darse cuenta de que pueden hacer lo que se propongan. Ese lema es más grande que la tierra con estos chicos…”, asegura Bárbaro Ávila, entrenador de natación especializado en el trabajo con deportistas con discapacidad intelectual.
El técnico cubano de 60 años dirige a nadadores formativos y de alta competencia en la piscina de El Batán, en el norte de Quito.
En la práctica diaria ha comprobado que el deporte ha facilitado una mayor inclusión en la sociedad para jóvenes con problemas de aprendizaje, de atención, Síndrome de Down, entre otros. “No solo para ellos. El ejercicio ayuda a personas con toda discapacidad”.
Este 3 de diciembre se celebra el Día Mundial de las Personas con Discapacidad. El grupo que dirige Ávila lo conmemoró con un arduo entrenamiento en el agua. “El trabajo con los chicos puede ser difícil por la falta de atención, cualquier cosa los distrae, hay chicos de 18 años con la mentalidad de un niño de ocho… el proceso de enseñanza- aprendizaje es más lento, pero ellos pueden”, explica el especialista que radica en el país desde hace 19 años.
“Lo más importante del proceso es poder brindar una oportunidad única a personas que en muchos casos han sido rechazadas… es darles la opción de ser deportistas para mejorar física y psicológicamente… algunos, incluso, hasta llegar a un Paralímpico que es la competencia más importante de todas”.
Precisamente entre esos nadadores está Byron Chiliquinga, de 23 años y oriundo de Santo Domingo. De los 11 deportistas que ensayaron en la piscina este 3 de diciembre, él es único que cuenta con apoyo directo del Comité Paralímpico Ecuatoriano, organismo creado en octubre del 2012.
El nadador de Santo Domingo está a escasas 40 centésimas de conseguir la marca mínima requerida para acudir a los Juegos Paralímpicos de Río 2016 en los 100 metros estilo espalda.
Actualmente, solo un atleta tricolor tiene marca para Río. Se trata Ronni Santos, quien se ejercita en el Centro de Alto Rendimiento de Carpuela. El joven de 19 años, también con discapacidad intelectual, está clasificado en salto alto.
Ecuador intentará tener a unos seis deportistas en esa cita. Byron, el nadador que prefiere el estilo espalda, es uno de los opcionados. “Nos quedan unos meses para intentar hacer la marca…tiene todas las condiciones, tenemos dificultades, pero también deseos de llegar”, añade el entrenador.
Entre las dificultades están las instalaciones. Byron, por ejemplo, debería ejercitarse más seguido en una piscina de 50 metros. No lo hace. El escenario de la calle Cochapata es de 25 m.
Además, este grupo de nadadores, que realiza unas 10 sesiones de ejercitación a la semana, no cuenta con la facilidad de un gimnasio. Por si fuera poco, la piscina en la que se entrenan se cerrará dos semanas, desde el 16 de diciembre, para mantenimientos. Ávila no sabe a dónde acudir para que los deportistas no dejen de nadar.