Los Juegos Olímpicos de 2018 de Pyeongchang serán una “bella ocasión” para los surcoreanos para reunirse tras la crisis política que su país atravesó, estimó Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI).
En visita a la estación de montaña que albergará los próximos Juegos de Invierno en febrero de 2018, el máximo dirigente de la instancia olímpica, dijo que la destitución de la presidenta surcoreana Park Geun-Hye por un escándalo de corrupción no afectó al apoyo de la clase política surcoreana por este evento internacional.
El ambiente geopolítico es todavía tenso en Asia del Noreste con el despliegue del escudo antimisiles estadounidense en Corea del Sur, que provoca el furor de Pekín, y la continuación de los programas nucleares y balísticos prohibidos de Corea del Norte.
Pero Bach, que se reunió con el presidente surcoreano interino y el presidente de Asamblea Nacional, dijo no tener ninguna preocupación respecto a los próximos Juegos.
“Hemos podido constatar y sentir el apoyo del conjunto de la clase política”, declaró a la prensa el patrón del COI.
“Los coreanos sienten que estos Juegos son una bella ocasión para Corea de reunirse y unirse detrás de los deportistas”, añadió.
Pese a tensiones intercoreanas, Bach formuló el deseo de que Corea del Norte, que había boicoteado los Juegos de 1988 en Seúl, envíe una delegación al Sur en 2018.
Los dirigentes políticos del Sur aceptan la idea de que los Juegos Olímpicos estén “abiertos a todos”, dijo cuando los periodistas preguntaron por Corea del Norte.
“Las tensiones políticas en la región no jugarán ningún papel. Es la filosofía de los Juegos. En este sentido, no dudo que Corea ofrecerá a todos su gran hospitalidad”, indicó.