Es increíble comenzar un nuevo ciclo olímpico mientras situaciones anormales se mantienen en la organización deportiva del país.
Por ejemplo, la ley del deporte, con ventajas y desventajas
-realizado por gente que nunca tuvo experiencia deportiva- margina al deporte escolar y colegial sin que nadie se atreva a realizar una asamblea del deporte para reformar una ley incoherente.
En Pichincha, el deporte colegial agoniza por falta de recursos económicos ya que una absurda ley marginó a las federaciones estudiantiles de las federaciones provinciales. Aparte, los colegios se encuentran maniatados por un sinfín de normativas que impiden la autogestión con lo cual se desperdician talentos por falta de apoyo.
Mientras tanto, la Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador), organismo que por obligación debería liderar procesos de cambio en la Ley del Deporte permanece en silencio, mientras su máximo directivo se dedica a labores políticas.
Si esto fuera poco la implementación deportiva ha sido castigada por absurdos aranceles que influyen para que un par de zapatos para correr cuesten cerca de USD 120 y una raqueta de tenis USD 200. Con estos precios, ¿será fácil masificar la actividad deportiva en el Ecuador?, función principal de las federaciones provinciales.
Ojalá las nuevas autoridades tomen conciencia y trabajen para cumplir en forma potable las funciones para las cuales fueron nominados. Es indispensable pensar en el deportista desde sus inicios federativos y no después. El desarrollo deportivo en el colegio es básico para crecer y esto actualmente no sucede.