En El Nacional hay 200 jugadores en nueve categorías. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO
‘En poco tiempo, El Nacional contará con jugadores netamente canteranos, formados con un enfoque futbolístico”. Así se refirió el colombiano Armando Osma, director de las formativas criollas, sobre el momento que viven los futbolistas en Tumbaco.
Osma integra el grupo de 40 personas que están encargadas de la formación 200 jugadores en nueve categorías (Sub 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18 y Reserva). Richard Cruz, presidente de las formativas, denunció que antes de su gestión se encontraron con cuerpos técnicos a los les debían 10 meses de salario y
con una infraestructura deteriorada. “La primera inversión, en enero del año pasado, fue de USD 35 000, que sirvieron para readecuar la residencia, adquirir 22 colchones ortopédicos, cambiar puertas y arreglar camas en la concentración”.
Según Cruz, hasta el momento el monto invertido en infraestructura para el uso de las menores se aproxima a los USD 135 000, dinero que no está incluido dentro de los USD 800 000 anuales que el club tiene presupuestado para sus formativas.
El equipo de Reserva de los criollos, en la actualidad, cuenta con un promedio de edad de 19 años, y el 99% de estos jugadores son canteranos, conprocesos de seis y ocho en el club.
En la administración de Jorge Yunda, en la presidencia del club, se ha promovido al equipo de Primera a Aníbal Chalá, Marco Montaño, Jorge Valencia, Felipe Mejía, Joel Almache, Luis Segovia, Adolfo Muñoz y Adrián Cela. Además se ha citado a la Sub 17 a Leodán Chalá, Guianluca Espinoza, José Flor, Bryan Pana y Jean Peña, como también a Joel Campos a la Tricolor Sub 15.
Este proyecto se financia también con 25 escuelas de fútbol alrededor del país, las cuales no son franquicias aisladas y funcionan con el pago de una pensión mensual.
El Suboficial Telmo Mora, en la actualidad, está a cargo del proyecto que cobija a 3 000 niños que generan cerca de USD 20 000 en ingresos para el presupuesto de formativas, incluida una escuela en la zona fronteriza de Tiwintza, la cual es considerada un símbolo de responsabilidad social del club militar con el país.
“Las escuelas cumplen con una labor social de recreación, ocupación y detección de talentos”, señala Osma, quien todos los martes encabeza una reunión con los técnicos de las formativas, para analizar los trabajos aplicados para los nuevos talentos.