La Tri femenina se inspira en Katerine

Entrenamiento de la selección femenina de fútbol del Ecuador en la Casa de la Selección. Foto: Eduardo Terán Urresta/ EL COMERCIO

Entrenamiento de la selección femenina de fútbol del Ecuador en la Casa de la Selección. Foto: Eduardo Terán Urresta/ EL COMERCIO

Entrenamiento de la selección femenina de fútbol del Ecuador en la Casa de la Selección. Foto: Eduardo Terán Urresta/ EL COMERCIO

El día llegó. Esta mañana, la Selección ecuatoriana de fútbol femenino viaja a Puerto España para jugar el próximo martes contra Trinidad y Tobago por el último cupo al Mundial Canadá 2015.

“Esta es nuestra oportunidad para seguir abriendo puertas. Nunca antes el fútbol femenino estuvo tan cerca de un Mundial”, dijo Lorena Aguilar, una de las jugadoras más experimentadas de la delegación.

Ayer no salió de la Casa de la Selección durante las cinco horas libres que dio el cuerpo técnico a las deportistas para que realizaran gestiones personales y se despidieran de sus familiares.
Lorena estuvo en compañía de Katerine Ortiz, seleccionada durante la Copa América, pero que sufrió la rotura del ligamento interno cruzado de la pierna derecha.

Ella no pudo terminar de jugar el torneo sudamericano ni tampoco estuvo en el primer partido de la repesca con Trinidad y Tobago, en Quito. El jueves fue sometida a una operación y tendrá que estar cinco meses fuera de las canchas.
 “Ella fue nuestra inspiración y hoy también lo es.

En el juego contra Argentina, cuando se definía el tercer lugar de la Copa América nos dijo que ‘la victoria no está en vencer al otro sino en no rendirse nunca’.

Ganamos ese partido y ahora estamos disputando este repechaje”, añade Lorena.
Katerine, que igual que el resto de futbolistas, se mantiene concentrada en la Casa de la Selección, se muere de ganas de jugar este partido, pero “ya les dije que tienen que regresar con la clasificación. Nosotros tenemos un buen equipo, Trinidad no es más que nosotros”, lo dijo bien claro y con mucha convicción.
Juntas leían la Biblia, una costumbre que la mantienen muchas jugadoras de la Selección.

Antes de salir a la cancha, oran un padrenuestro, por las jugadoras que profesan la religión católica, y después pronuncian el versículo de Filipenses: “Todo lo puedo en Cristo, él me fortalece”, repite Lorena, en las entrevistas y en las charlas con sus compañeras, por su religión cristiana.

Dos acompañantes

Hoy viajarán las 22 jugadoras que estuvieron convocadas y concentradas, incluyendo Alexandra Salvador, que estudia en Canadá y que no había tenido permiso para estar fuera de su universidad tantos días.

También lo harán, aunque en calidad de acompañantes, Ileana Bowen y Andrea Vera, quienes estuvieron concentradas durante el proceso, pero que no fueron incluidas en la lista final de 20 jugadoras. Sus compañeras le pidieron al presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Luis Chiriboga, que sean incluidas en la delegación y el directivo aceptó la petición.


“Son momentos importantes los que hemos vivido en la Selección. Hemos conformado una familia. Aprendimos a ser más fuertes en la adversidad”, apunta Andrea Vera, la tercera guardameta de la Selección, que estudia Arquitectura en la Universidad de Las Américas, pero que retomará sus estudios el próximo año, pues este semestre lo perdió por entrenarse con la Selección.

Érika Vásquez, en cambio, ha tenido que sacrificar horas y días alejada de su hija, Érika, de 1 año y 8 meses de edad. “La peladita baila salsa mejor que la mamá”, menciona Katerine con cierta picardía.


Las más ‘chiquitas’ de la delegación son Kerly Real de 16 años y Tamara Angulo, de 15, mientras que Mónica Quinteros no jugó la Copa América porque en el colegio donde trabaja, no le dieron permiso. Ahora sí va y será el aporte en ofensiva. Ella es profesora de educación física y también es la inspectora del plantel de educación secundaria.
Margarita Barré se quedó en casa y recibió la visita de sus padres.

“Ellos son quienes nos mantienen aquí, con mucha alegría y felicidad. Para todas es el partido más importante de la vida”, dijo la jugadora de 19 años, que practica fútbol desde los 12 y que ha viajado desde los 15 a cotejos internacionales.

Es volante ‘10’, y dice que los “ánimos están súper” porque el grupo está compenetrado no solo en los “futbolístico, también en la concentración”.
 El grupo quiere definir en los 90 minutos reglamentarios, porque hay un calor superior a los 37 grados centígrados y la humedad está entre 70 y 80%.


La convicción de todas es lograr la clasificación. Coinciden que el partido será difícil por la localía y su espigada estatura, pero “nosotros tenemos jugadoras técnicas, que son difíciles de marcar. Ese es nuestro potencial y lo vamos a explotar”, añade Lorena, de 29 años.

La delegación


Francisco Acosta, secretario de la FEF, preside la delegación. Reemplaza a Carlos Villacís, vicepresidente de la FEF, que en principio estaba asignado, pero como el mismo 2 de diciembre se realizará el sorteo de los grupos de la Copa Libertadores, el dirigente viajará a Asunción.


Ayer, adelantó su traslado Yaghna Romero, quien como coordinadora de logística definirá los detalles del traslado interno, lugares de alojamiento y de entrenamiento.
 El cuerpo técnico lo lidera la seleccionadora Vanessa Arauz; Diego Barrero, asistente; Eduardo Moscoso, preparador físico; Miguel Santillán, preparador de arqueros. 
Patricio Maldonado es el médico; Hugo Terán, fisioterapeuta, y Hugo Macías es el utilero.

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