Nathalie Weemaels viajó el 2014 al Mundial de Endurance como jefa del equipo ecuatoriano. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO
Nathalie Weemaels aguarda su carta de naturalización para conformar el equipo nacional de equitación que irá a los Juegos Panamericanos. A finales del año pasado pudo lograr el puntaje requerido para lograr su clasificación a Toronto 2015.
“Mis papeles están en extranjería. En diciembre no me fui de vacaciones a la espera de la llamada para culminar el trámite pero hasta ahora no tengo respuesta”, detalla Weemaels, que llegó hace 24 años a Ecuador desde Bélgica. Es ingeniera agrónoma con especialidad en climas tropicales. Trabajó por varios años en la Amazonía con las comunidades nativas.
“En mi país hacía salto y adiestramiento. Hace ocho años, que comenzó la práctica del endurance en Ecuador, me volvió a picar el bichito de la equitación, me pareció una modalidad interesante y volví a competir”, indicó Weemaels. Desde entonces ella ha participado en las carreras que se realizan en el país y en el exterior.
Para sumar los puntos que le permitieron clasificarse a los Juegos Panamericanos intervino en 5 carreras de 120 km de distancia cada una. Dos las hizo en Brasil y una más en Argentina. Las dos restantes las corrió en Ecuador. En la última, que se realizó en San Agustín de Callo, en Cotopaxi, fue la única que terminó. Su yegua CG Alaski, una pura sangre árabe con orígenes argentinos, la acompañó en estas participaciones.
El endurance es una disciplina que demanda desgaste físico y técnico del binomio por las largas distancias que se recorren. También por lo difícil del terreno y los obstáculos que puede encontrar en el camino.”Son casi ocho horas de competencia. Realizamos etapas de 20 a 40 km con períodos de descanso de 40 minutos. El equino debe pasar chequeos veterinarios para que el jinete pueda recibir los puntos. Si el caballo tiene pulsaciones fuera del límite establecido, el binomio es eliminado”.
Si bien, el caballo es el que realiza el desgaste físico, el jinete debe demostrar sus cualidades para conducirlo. Tomar decisiones, bajar la velocidad y no forzar a su compañero de competencia.
Se “enamoró” del endurance porque le permite disfrutar de los paisajes andinos ecuatorianos y porque de cierta manera es una práctica arraigada en la Sierra. “Se asemeja mucho a las costumbres del chagra, que recorre varios kilómetros a caballo por caminos y senderos típicos de la Serranía”.
Además, hay “muchas horas que compartes con tu caballo. Compartes alegría, cansancio; juntos aguantan la lluvia o el sol. La relación es muy fuerte”. Quiere ir a Toronto con su yegua, porque “está entrenada en la altura y podemos tener ventaja”. Dice que el solo hecho de imaginar que conformará la selección nacional le “eriza la piel. Yo soy ecuatoriana, como locro, hornado y canto el Himno Nacional”.
La Federación Ecuatoriana de Deportes Ecuestres y el Comité Olímpico Ecuatoriano proyectan llevar a 4 deportistas a los Juegos Panamericanos. Hasta hoy, Weemaels ya cumplió con el requisito técnico. Ronald Zavala espera asegurar su cupo en mayo en los concursos de salto en Estados Unidos mientras que Carlos Narváez y David Barragán tienen posibilidades de clasificación en la modalidad cross country.
Si no logra su carta de naturalización hasta junio, plazo máximo para incluir su nombre en el equipo nacional, espera que otros jinetes de endurance puedan lograrlo. Para ello hay tres carreras que se correrán en el país en abril, mayo y junio, y que constituirían la última opción de clasificación.