333 deportistas con discapacidad exhiben destrezas

Álvaro Cabezas, de 10 años, durante la prueba de 400 metros en silla de ruedas, en el estadio Jefferson Pérez de Cuenca. Quedó segundo. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO

Álvaro Cabezas, de 10 años, durante la prueba de 400 metros en silla de ruedas, en el estadio Jefferson Pérez de Cuenca. Quedó segundo. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO

Álvaro Cabezas, de 10 años, durante la prueba de 400 metros en silla de ruedas, en el estadio Jefferson Pérez de Cuenca. Quedó segundo. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO

Hace seis años y medio, Julio Pante sufrió una caída cuando estaba trepado en un poste, se fracturó la columna y perdió la movilidad de sus piernas. Ha soportado 35 cirugías y pese a ello, se muestra optimista y sueña con llegar a unos
Juegos Paralímpicos.

El pichinchano de 32 años es parte de los I Juegos Nacionales de Deporte Adaptado, cuyas pruebas de atletismo finalizaron ayer en el estadio atlético Jefferson Pérez, en Cuenca. Durante dos días compitió con éxito en los lanzamientos de la jabalina, de la bala y del disco.

Para ejecutar los tres lanzamientos oficiales del disco se apartó de la silla de ruedas y con la ayuda de los voluntarios se subió a una banca especial de un metro de altura. Fue sujetado piernas y pies. Un tubo galvanizado, ajustado a la banca, le ayudó a sostenerse con la mano izquierda mientras lanzaba el disco con la derecha.

En esa prueba mejoró dos metros su marca registrada en Guaranda, hace cuatro meses. Lanzó 14,5 metros y recibió el aplauso de sus compañeros. "Mi meta es mejorar cada día y clasificar a unos Juegos Mundiales o Paralímpicos". Se entrena dos horas al día.

Su aspiración es conseguir una beca económica de la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Física (Fedepdif) o del Ministerio del Deporte. Con tristeza cuenta que está endeudado producto del pago de las 35 cirugías. "He tenido que vender algunos bienes".

Como él, otros 16 atletas compitieron hasta ayer en silla de paseo o silla olímpica. En esta última intervino Álex Chancuse, quien ganó la prueba de 1 500 metros. Hace tres años incursionó en el deporte y su aspiración es competir en los Juegos Mundiales del 2017 en Londres. Él sufre una paraplejia de nacimiento.

La silla olímpica le costó USD 8 000 a su padre, según el deportista pichinchano de 20 años. Es de aluminio, llantas de carbono, volante hidráulico y con velocímetro. Su meta es ser un ejemplo de superación.

Jonathan Herrera, quiteño de 20 años, ganó la prueba de
400 metros en silla olímpica. Él sufrió la amputación de su pierna izquierda luego de ser atropellado en Balzar, Guayaquil. Eso ocurrió en julio del 2008, cuando se bajaba de un vehículo particular.

En segundo lugar terminó el esmeraldeño Álvaro Cabezas, de 10 años, quien tiene parálisis cerebral. La Fedepdif le entregó la silla olímpica para su estreno nacional. "Antes practiqué natación, béisbol y baloncesto en silla de ruedas".

Mientras Bryan Torres, con cinco meses de entrenamientos, se estrenó con tres medallas de oro en 100, 200 y 400 metros planos. Tiene sus dos brazos amputados como consecuencia de una descarga eléctrica, registrada el
12 de abril del 2014, cuando se encontraba en una azotea cerca de unos cables de alta tensión.

Él se enfrentó en Cuenca a atletas con malformaciones de brazos y pies. Se lamenta porque su vida cambió drásticamente. "Gracias al deporte estoy volviendo a crecer, con humildad y mirando hacia adelante, sin mirar atrás".

En los I Juegos Nacionales de Deporte Adaptado, que reúne a 333 participantes, intervienen deportistas con discapacidades física, visual, intelectual, auditivas o de lenguaje. En ese grupo también están 94 deportistas de las escuelas de iniciación de siete provincias.

Hoy tienen día libre. Para mañana y el sábado están programadas las competencias de goalball, natación y tenis de mesa, en los escenarios de la capital azuaya.

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