Jefferson Pérez critica a los dirigentes del atletismo por caso de dopaje ruso

Imagen de archivo del marchista olímpico Jefferson Pérez. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Imagen de archivo del marchista olímpico Jefferson Pérez. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Imagen de archivo del marchista olímpico Jefferson Pérez. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Jefferson Pérez Quezada sugiere a la dirigencia del país que se apersone del bullado caso de dopaje masivo de los marchistas rusos. Allí está involucrado Valeri Borchin, medallista de oro en los 20 kilómetros de los Juegos Olímpicos Pekín 2008. El andarín ecuatoriano fue segundo en esa prueba.

En junio pasado, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) inició una investigación a Viktor Cheguin, técnico de Borchin y otros 16 andarines con éxitos mundiales y olímpicos. Todos ellos se entrenaban en Saransk, sede rusa de innumerables copas del mundo de marcha.

La IAAF impuso una sanción preventiva a Chegin hasta concluir con la indagación por dar positivo a 17 de sus dirigidos en la prueba antidopaje.

Pérez se lamenta porque “han pasado varias semanas y la Federación Ecuatoriana de Atletismo y el Comité Olímpico Ecuatoriano han hecho nada”. El doble medallista olímpico: oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008, considera que los dirigentes deberían presionar para que esa investigación se profundice.

Se enfada porque, el 2007, su récord mundial en 20 km (1:17:21) también lo perdió ante el ruso Vladimir Kanaykin (1:17:16), otro involucrado en el tema de dopaje.

Manuel Bravo, presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), respondió a la crítica de Pérez. “Existe una Comisión de Ética de la IAAF encargada de la investigación y no hay oficios que vayan a modificar este asunto. Estamos expectantes de la resolución o del informe que se envíe”.

Toda la investigación comenzó luego de un tuit enviado por el marchista australiano Jared Tallent (tres veces medallista olímpico) al vicepresidente de la IAAF, el ucraniano Serguei Bubka. En ese mensaje solicitó que se sancione a Sergey Morozov, quien este año integró el equipo ruso de marcha pese a estar suspendido a perpetuidad por infringir la normativa antidopaje.

Según Bravo, en noviembre pasado, la FEA mantuvo un contacto directo con Bubka, aprovechando su presencia en la reunión de presidentes del área, efectuada en Cali, Colombia.

Allí, el ucraniano sugirió que se deje trabajar a la Comisión sin presiones mediáticas y que oportunamente se enviará el informe final.

Su mensaje, en criterio del directivo ecuatoriano, es que la Comisión de Ética está actuando de manera transparente. “Hemos hablado con Bubka, que es la máxima instancia, con quién más podemos hablar, a quién presionamos”, se preguntó con cierta molestia.

El próximo 17 de enero, con motivo de la reunión de la Confederación Sudamericana de Atletismo en Brasil, se volverá a conversar con Bubka. Allí, incluso se presentará un manifestó como región solicitando se salvaguarden los intereses de los deportistas, por sus éxitos y su trayectoria.

Incluso se aprovechará que Bubka busca la presidencia de la IAAF y que Latinoamérica está dispuesta a votar por su candidatura. Lo que se pide es mayor control en las competencias para que no se perjudique a un deportista que actúa sin ningún estimulante.

Augusto Morán, presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), está a la espera de la resolución de la Comisión de Ética de la IAAF. “Estamos al tanto de toda la información disponible y conscientes que es un tema de interés nacional”. Él insiste que la entidad a su cargo está pendiente de todas las investigaciones.

El COE envió un oficio al presidente de la Comisión Médica de la Odepa, Eduardo Henrique de Rose, solicitando interponga sus buenos oficios ante el Comité Ejecutivo de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). La idea es contar con un informe oficial del avance de las investigaciones que se realizan al entrenador ruso.

Pérez, quien califica al caso de dopaje de los atletas rusos como un escándalo de magnitudes, asegura que no es un asunto personal sino de país el pedido que la dirigencia se involucre en el tema. “Con el cambio de color de la medalla no voy a tener más trabajo”.

Morán y Bravo, por su parte, coinciden que nada más se puede hacer sino esperar los resultados de las investigaciones. “Nadie es culpable mientras no se pruebe lo contrario”, concluye el máximo directivo del atletismo ecuatoriano.

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