El atleta de Ecuador Andrés Chocho ganador de la medalla de oro en la competencia de 50 kilómetros de marcha, compite, en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá. EFE
Andrés Chocho aún se recupera del desgaste físico que tuvo el pasado 26 de julio en Toronto, cuando alcanzó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos. Su cuerpo está adolorido, pero psicológicamente se siente fortalecido, motivado, consciente de que todavía debe mejorar.
Para competir en Toronto y obtener el mayor éxito de su carrera deportiva, hizo cambios radicales. Hace un año y medio dejó de entrenarse con su padre, Luis Chocho, y asumió el rol de deportista-técnico. “Manejo mi planificación, eso me ha servido para conocer mejor mi cuerpo y aprovecharlo al máximo”, confiesa.
Su progenitor está de acuerdo con la búsqueda de asesoramiento en el exterior. “Mientras más apoyo técnico tenga será mejor. Lo tomamos de la mejor manera, ahora el objetivo es asegurar una buena presentación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y en el futuro”. Él aprovechó para destacar la capacidad y el talento de su hijo.
Su estrategia
La falta de dinero, por pertenecer este año a la categoría E del plan de alto rendimiento del Ministerio del Deporte, lo obligó a entrenarse en Cuenca. Ante la imposibilidad de hacer campamentos en Francia y en otros países, aprovechó la altitud de la capital azuaya (2 550 msnm) y usó todos los recursos disponibles.
Además contó con el apoyo de su equipo multidisciplinario: Luis y Juan Chocho (asesoramiento técnico), Marco Chango (médico para análisis de grasa y lactato, nutrición…), Jorge Guillermo (médico personal). Se suma el fisioterapista cubano Caridad Martínez. Le hace falta un psicólogo para manejar pruebas más fuertes.
Con su trabajo personalizado bajó de 57 kg a 51, 5 kg, antes de su participación en los Juegos Panamericanos.
Anteriormente, su peso más bajo era 55 kilos, registrado días antes de los Juegos Olímpicos del 2012 en Londres. Para el Mundial de Atletismo, que será del 22 al 30 de agosto en China, espera subir de peso.
Según Chango, en la parte nutricional se hacen cálculos de los gastos calóricos que requiere para la actividad física. “Él tiene un consumo calórico de entre 4 500 a 5 000 calorías por día e incluso más, por el desgaste que hace”. Luego de esa evaluación se le suministran suplementos vitamínicos que son complementarios.
El exmédico del doble medallista olímpico, Jefferson Pérez, explica que se hicieron correctivos de la biomecánica de la marcha, para evitar amonestaciones. Después de un análisis del perfil bioquímico y funcional de Chocho, se sugirieron entrenamientos no tan exagerados. Es decir, “se evitó el trabajo con demasiada acumulación de ácido láctico”.
Chocho, de 31 años, acumula entre 170 y 180 kilómetros semanales de entrenamiento; al día hace entre 30, 35 y 40 km. El ritmo cardíaco y las pulsaciones tienen variantes, depende de las zonas de práctica. Pero él maneja niveles de 150, 160 y 170 pulsaciones por minuto. “Al tener mi propia planificación puedo acomodarme fácilmente a las variantes”.
Desde hace una semana mantiene contactos con un entrenador extranjero, cuyo nombre y nacionalidad mantiene en reserva. La idea es contar con asesoramiento técnico foráneo que permita mejorar la técnica con miras a los Juegos Olímpicos del 2016 en Río de Janeiro, Brasil. Está clasificado para las pruebas de 20 y 50 km.
Chocho, quien tiene aprobado un curso nivel 3 de Entrenamiento Deportivo de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), está seguro que maneja bien la planificación. “Quiero mejorar en ciertos aspectos técnicos. Sin amonestaciones me daría la seguridad para usar al máximo los recursos físicos que no lo he podido explotar”.
De recuperarse de la fatiga neurológica, advierte Chango, el marchista puede ubicarse entre los siete mejores en la prueba de los 50 km del Mundial de Atletismo en China. El seleccionado, en cambio, pretende mejorar el puesto 11 que alcanzó el 2011 en Daegu, Corea del Sur, en un certamen similar.