David Vásquez en la práctica de ayer en el Polideportivo de Totoracocha, en Cuenca. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
David Vásquez Corral tiene cierta dificultad de movimiento en sus piernas, producto de una neuropatía hereditaria. Pese a esa discapacidad, nunca se siente inferior ante los demás, ni es un obstáculo para practicar el deporte.
Tiene 24 años y su estatura es de 1,80 metros. Se ha probado en natación, fútbol, tenis de campo y tenis de mesa. En este último deporte incursionó hace dos años y en la actualidad es el mejor microtenista paralímpico del Ecuador. En el ranking mundial se ubica 64.
Hace dos meses, obtuvo el título de economista en la Universidad Estatal de Cuenca y allí ahora es catedrático de Estadística, en un curso de nivelación. En agosto viajará a Madrid, España, para seguir una Maestría en Economía. Aprovechará para entrenarse en un club de la localidad y competir en diferentes torneos.
Vásquez sabe que cuando se quiere triunfar no existen barreras. “El impedimento está en la mente”. Fue arquero de la selección del colegio cuencano Santana. “Nunca me sentí inferior a nadie, jugué con normalidad. Con la ayuda de Dios y confiando en uno mismo, todo es posible y más sencillo”.
Está convencido que puede hacer todo lo que se propone. Ha escalado las montañas del Chimborazo. Él agradece a su familia que siempre le ha brindado su respaldo en cada uno de sus desafíos deportivos y profesionales. Nunca se ha sentido discriminado.
Por su ejemplo de perseverancia se ha ganado el respeto y la admiración de la gente. En noviembre del 2017, en Buenos Aires, Argentina, se convirtió en el primer ecuatoriano en llegar a una final del Abierto Paralímpico de Tenis de Mesa, en la categoría Sénior.
En la final perdió con el brasileño Francisco De Melo, quien está mejor ubicado en el escalafón mundial y tiene experiencia internacional. “En la mesa no se notó tanta diferencia y por eso estoy motivado”.
David, quien nació en Cuenca el 16 de noviembre de 1993, fue tercero en los Juegos Paralímpicos del 2017. Su meta es ser campeón en los Paralímpicos del 2019 en Lima, Perú, y clasificar a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
El seleccionado paralímpico se prepara para el Abierto de Tenis de Mesa en Barcelona, España, previsto para el próximo mes. Su objetivo es ganar partidos para acumular puntos y así recuperar posiciones en el ranking mundial. El 2017 terminó en el puesto 55.
Por su neuropatía está ubicado en la categoría 8. Desde el 2017 es parte del Plan de Alto Rendimiento. Recibe apoyo para sus viajes a ciertos certámenes fuera del país. Su meta en Barcelona es ubicarse entre los seis mejores del certamen.
Incursionó en el microtenis por invitación del azuayo Paúl Polo, otro raquetista paralímpico que está entre los mejores del país. Es más, entre los dos se disputan el primer lugar en los torneos nacionales.
Paúl Bermeo, quien lo dirige desde febrero pasado, lo define como un jugador de ataque, con buen servicio y que cada vez está mejorando técnicamente”. Por su dificultad en la movilidad de sus piernas, los entrenamientos se adaptan a sus posibilidades.