El inglés Danny Rose participa en una sesión de entrenamiento en el Hotel The Grove en Watford, al norte de Londres, el 1 de junio de 2018, en vísperas de su amistoso partido de fútbol contra Nigeria. Foto: AFP
El lateral inglés Danny Rose decidió no llevar a sus familiares al Mundial de fútbol de Rusia por temor a que sufran episodios racistas.
“No estoy preocupado por mí”, dijo el futbolista del Tottenham en declaraciones que reproduce hoy, miércoles 6 de junio del 2018, el diario London Evening Standard.
“Pero le dije a mi familia que no quiero que vayan ahí por el racismo y cualquier cosa que pueda pasar”. Rose reconoció que la decisión no gustó a su padre, que soñaba con verlo jugar en vivo en un Mundial.
“Mi padre estaba realmente afectado. Lo pude sentir en su voz. Dijo que tal vez no podría volver a tener la oportunidad de verme en un Mundial. Ha sido muy emotivo escucharlo”.
El jugador, que tiene 27 años, se refirió además a los cánticos racistas que sufrieron algunos jugadores franceses en un amistoso ante Rusia disputado en marzo en San Petersburgo y consideró irrisoria la multa de unos USD 30 000 que aplicó la FIFA.
“No quiero sonar arrogante, pero una multa de USD 30 000 no hace la diferencia. Para un país, ser multado con 30 000 es una risa”, señaló sobre el castigo a la Unión de Fútbol de Rusia.
El propio Rose ya afrontó incidentes racistas cuando jugaba con la selección inglesa Sub 21. Sucedió en 2012 en Serbia, donde los hinchas lanzaron piedras y lo tildaron de mono.
El futbolista dijo que en el equipo inglés se debatió qué hacer si afrontan un episodio racista en el Mundial, aunque reconoció que la problemática continuará más allá de la medida que puedan llegar a tomar. “Hagamos lo que hagamos no va a cambiar lo que sucede en el mundo. No debería ser así, pero lo es”, consideró Rose.
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