Daniel Angulo ya se entrena con el Orense, en el complejo Euclides Palacios. Foto cortesía del jugador
Lo que más lamenta Daniel Angulo, en los últimos cinco meses, fue no haber asistido al nacimiento de su último hijo. El bebé llegó el 1 de junio, mientras el deportista esmeraldeño tramitaba su regreso a Ecuador desde Hong Kong, donde no logró debutar con el R&F.
El embarazo de su esposa, Cynthia Ganchozo, era lo que más le preocupaba. A diario se comunicaba con ella para conocer su estado, también conversaba con sus hijos y otros miembros de su familia.
Cuenta que el traductor que le facilitó el club asiático, lo ayudó a abastecerse de comida e insumos médicos, durante su estancia en territorio asiático. Para tener tranquilidad, solía leer pasajes bíblicos. Dice que fue una “prueba de fe”.
“Uno de mis hijos me pedía que regrese, que quería verme jugar acá (Ecuador)”, contó Angulo en una llamada telefónica con este Diario. El delantero reconoce que su estancia en la antigua colonia británica fue completamente opuesta a lo que esperaba.
Tenía el sueño de conseguir mejores ingresos económicos, además de llevar sus esposa e hijos para que lo acompañen. Sin embargo, las condiciones de la pandemia trastocaron sus planes y tuvo que mantenerse encerrado en su departamento.
“Primero no pudieron inscribirme, luego cuando conseguí la habilitación no pude obtener la visa de trabajo. Quería llevar a mi familia pero no se pudo. Fue duro, lo peor fue que no estuve en el nacimiento de mi hijo”, dijo.
Su padre fue quien lo ayudó a desvincularse del cuadro asiático y quien lo acercó a Orense. El jugador cuenta que su progenitor tenía todo listo, solo tuvo que llegar a Machala a cumplir con los chequeos médicos.
Angulo estuvo cinco meses en Hong Kong. Viajó el 13 de enero y regresó a Ecuador el 13 de junio, 12 días después del nacimiento de su pequeño. En Hong Kong se realizó una prueba ‘hisopado’ para descartar el covid-19. Como salió negativa pudo volver en un vuelo comercial y llegar a su casa sin realizar el aislamiento preventivo de quince días.
“En Orense me hicieron también una prueba rápida y luego la que ordena la LigaPro. En todas salí negativo. Estoy feliz, porque estar sano fue una promesa de Dios, yo confié en él y me cuidé”, dijo el atacante, que el martes realizó su primer entrenamiento con el club.
Jugará con el cuadro recién ascendido hasta finales de este año, su vínculo es por seis meses. Angulo cree que la organización del equipo servirá para pelear por un cupo a los torneos internacionales de la próxima temporada.
El martes tuvo su primera charla con el entrenador Humberto Pizarro, quien le dio la bienvenida. Se sintió cómodo tras pisar una cancha luego de cinco meses, en el complejo deportivo Euclides Palacios, en las afueras de Machala.
Conocía a Pizarro desde años anteriores. Lo dirigió por primera vez en la Sub 20 de Emelec, hace 14 años y se reencontraron en el 2011, cuando Angulo vistió la camiseta de Rocafuerte, que disputaba la Segunda Categoría.
“Sé cómo trabaja y lo que le gusta en su idea de juego, eso me ayudará a adaptarme lo más pronto”, dijo el atacante, que tendrá que pelear el puesto con el paraguayo Luis Carlos Espínola, goleador del equipo durante el ascenso.
Por ahora, Angulo está enfocado en continuar con su carrera dentro del país, la última experiencia le dejó un “mal sabor”. Sin embargo, no descarta un nuevo intento en el fútbol del exterior, si se presenta la oportunidad.
“Por ahora estoy enfocado en seguir acá, es difícil movilizarse fuera del país con una familia grande (tiene seis hijos), pero si es la voluntad de Dios tomaré el reto”, dijo el jugador, que ya tuvo un paso por el fútbol de Brasil y Colombia.