Natan Rodrigues, de Brasil. El tenista de 17 años es 20º en el escalafón mundial juvenil y siembra 1 del torneo que se realiza en el Cuenca Tenis y Golf Club. Fotos: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Natan Rodrigues sobresale por la solidez en su juego y su fortaleza mental. Él comparte poco tiempo con sus padres, hermanos y amigos. La vida del brasileño de 17 años transcurre entre aeropuertos, hoteles y canchas de tenis. Esta semana, por ejemplo, juega en Cuenca como siembra 1 del Mundial Juvenil de Tenis.
En los dos últimos meses, su agenda tenística ha sido ajetreada. Desde el pasado 2 de diciembre hasta la fecha acumula cinco torneos. Empezó con dos competencias en Estados Unidos, una semana jugó en Bradenton y la otra en Plantation, Florida. En ambas llegó hasta la segunda ronda.
Este año se estrenó en San José de Costa Rica, siendo campeón del Tournament. Después se trasladó a Barranquilla, Colombia, para la apertura del Mundial Juvenil 2020. Allí se quedó en la tercera ronda. Ahora compite en la capital azuaya y ya está en semifinales. La próxima semana tendrá descanso, porque no irá a Asunción, Paraguay.
Rodríguez se ubica 20º en el ranking mundial ITF Júnior y tiene como técnicos a Thiago Alves y Augusto Laranja. Él está consciente que todo tenista profesional lleva una vida de trotamundo. Se siente motivado de jugar como favorito y eso no le genera ninguna presión.
De los tenistas presentes en la capital azuaya, Rodrigues es el mejor ranqueado a escala mundial juvenil (puesto 20). Luego están Bruno Oliveira (Brasil), Rafael De Alba (México), Martín Breysach (Francia) y Álex Barrena (Argentina). Ellos tienen agendas parecidas a la del brasileño, aunque juegan en distintos países.
Fernando Damus y Fabián Bohórquez, entrenadores de tenistas de Argentina y Colombia, coinciden en que se requieren USD 100 000 anuales, al menos, para participar en 20 a 25 torneos. Damus es categórico: “Los chicos no generan dinero, gastan, incluso en sus primeros años de profesionalismo”.
Para el brasileño Marcio Silva, la Gira Mundial por Sudamérica es clave para los seleccionados juveniles. Él tiene 17 años y cada inicio de temporada está ansioso por jugar este torneo. Luego viajará a Asunción, Paraguay, para participar en la siguiente parada. Después competirá en su país, antes de ir a un Grand Slam.
Martín Breysach (Francia). Con 17 años, se ubica 63º en el ranking ITF Júnior y es siembra 4. Ayer perdió con el argentino Álex Barrena, en cuartos de final.
Para los europeos, pese a la distancia, la Gira por Sudamérica también es un atractivo especial por los puntos que se otorgan. Así lo reconoció el francés Martín Breysach, siembra 4 del torneo y 63º en el ranking ITF Júnior.
En damas, la ecuatoriana Mell Reasco, de 16 años, es la siembra 1 del certamen por ubicarse 25ª del ‘ranking’ ITF. El 2019 llegó a semifinales y este año anhela instalarse en la final. “Quiero ganar el torneo y darle una alegría al Ecuador. Este año me he propuesto terminar entre las 10 mejores del mundo”. Su técnico es Édgar Machado.
Según Marcelo Calderón, director general del torneo en Cuenca, la Gira Mundial Juvenil es la transición hacia al profesionalismo. “De aquí salieron tenistas como Fernando González, Marcelo Melo, Tomás Belucci, Alejandro Falla, Santiago Giraldo, Andy Murray, Ana Ivanovic, Gisela Dulko, entre otros”.
Los torneos juveniles les sirven de escalón para que los observen los cazatalentos, que después los vinculan a las grandes academias.
Damus considera que jugar en los países sudamericanos abarata los costos de viajes, alimentación y hospedaje. Pero “no cualquiera compite, debe estar entre los 100 mejores del ‘ranking’ ITF Júnior, recibir una ‘wild card’ (tarjeta de invitación) deber sortear la fase de clasificación”. A su criterio, la falta de dinero es una desventaja con los tenistas europeos y estadounidenses.
Los jóvenes deportistas también viajan con sus padres y se hospedan en casas de familias, usualmente recomendados por personas vinculadas al tenis.