Roger Guerrero se entrena en un gimnasio que instaló en su vivienda. Foto: Vicente costales / EL COMERCIO
Los púgiles del país esperan hasta cuatro meses por una pelea. John Wampash hará una cartelera. Roger Guerrero y Jhosep Vizcaíno se alistan para combates. Aquí sus historias.
‘Dinamita’ pelea y da clases particulares
Antes de cumplir 18 años, Roger Guerrero abandonó el boxeo amateur y se fue a sembrar yuca, plátanos y a criar gallinas y chanchos en la finca de su madre, en el Oriente. Se fastidió del lío por las dobles federaciones del deporte, hace cuatro años, que le dejaron sin recibir ingresos por su calidad de seleccionado.
Volvió a ver el Facebook a los 20 días. Había un mensaje de un empresario que le invitaba a Quito. Al nacido en Orellana, ahora de 21 años, le ‘picaba’ volver al ring. Ahí empezó su camino en el profesionalismo.
La desaparecida empresa Ring Side cubrió sus gastos por un año. Luego volvió a la incertidumbre. Quería pelear y tener recursos. Entonces, se convirtió en instructor de boxeo. Hace tres años da clases particulares.
“De las peleas no se vive acá”, dice ‘Dinamita’, quien tiene el tatuaje de un dragón en el brazo izquierdo y es locuaz para hablar. Guerrero y otros tres amigos dan clases particulares a unas 30 personas. Por ocho clases al mes cobra USD 80.
Eso le ayuda para sustentar sus necesidades en Quito, pero siempre está pendiente de las veladas para boxear. “Casi todos los promotores me buscan acá”, cuenta el púgil, que pelea en las divisiones de las 147 y 154 libras. En el portal Boxrec está en el puesto 256, pero su anhelo es llegar al ranking de la AMB o de la CMB y pelear por un título.
“Una vez tuve que pagar para pelear, porque quería sumar puntos en el ranking”, dice el boxeador, que lleva 14 victorias y dos derrotas. Su próxima pelea será en octubre, en Quito.
Se entrena con el ‘Tigre’ Luis Castillo y el venezolano Érick Fernández, sus amigos.
La ‘Chica de Oro’, entre su niño y el cuadrilátero
La ‘Chica de Oro’, Jhosep Vizcaíno, añadió el crossfit a su preparación. Lo hizo para ganar fuerza y velocidad y así volver a ganar en el ring.
En su última pelea, en Los Ángeles (Estados Unidos), el 14 de julio, cayó ante Seniesa Estrada en el tercer asalto. Un gancho al hígado la dejó fuera del combate televisado por la cadena ESPN.
Se sentía preparada para la lid cuando la llamaron desde EE.UU. Por eso aceptó medirse ante la estadounidense, octava en la Asociación Mundial de Boxeo en la categoría 112 lb.
Ahora quiere llegar mejor preparada al ring. Hace siete meses recién volvió a entrenarse, tras un receso en su carrera que hizo por el embarazo y nacimiento de su hijo Ángel Gerard, de 1 año y cinco meses.
El pequeño corretea detrás de ella en sus preparaciones matutinas en los gimnasios. “Siempre está conmigo. Cuando salgo a pelear fuera de Quito, me da pena dejarlo con mi madre”, dice la boxeadora de 22 años.
Entre la crianza de su hijo y su preparación, se alista para una nueva lid. En el país, un púgil puede esperar hasta cuatro meses para volver a trepar al cuadrilátero ante la falta de veladas boxísticas de renombre.
En octubre se enfrentará a la también ecuatoriana y experimentada María Vega. Jhosep está optimista. Quiere vencerla y volver a sumar puntos para el escalafón. Para el próximo año, se siente preparada para otra pelea fuera del exterior.
Ella se dedica solamente a entrenarse y pelear, pero admite que la carrera no le permite redondear ingresos. Ahora, una empresa se encarga de su imagen y de buscarle patrocinios.
Wampash organiza sus carteleras boxísticas
John Wampash practica por las tardes en el tradicional gimnasio de La Tola. Álex Puruncajas / EL COMERCIO
Sus peleas se difundieron por HBO, Show Time, Telemundo y ESPN en Washington, Los Ángeles, Las Vegas y otras ciudades de Estados Unidos, entre el 2008 y el 2016.
John Wampash forjó su carrera profesional en esos años con los duros del ring. Eso hasta que a finales del 2016 decidiera volver
para ver a sus hijos y ganar puntos para el escalafón mundial.
“En Estados Unidos es difícil tener peleas para sumar puntos si es que no cuentas con promotores. Además, allá no pelean por menos de USD 1 000”, cuenta el púgil nacido en Morona Santiago, hace 31 años.
Desde que regresó, se acercó a sus herederos: John y Tifanni, quienes se quedaron en Quito cuando él emigró. Peleó en carteleras, pero decidió aprovechar su experiencia para organizar sus propias veladas boxísticas en el país. Desde enero maneja la empresa XFight Global/Promotion. Contratar boxeadores, personal de seguridad y modelos, buscar coliseos y obtener permisos son sus actividades.
Su primera cartelera fue el 14 de abril y la armó en 45 días, con una inversión cercana de USD 25 000, junto a un socio ruso. “Salí tablas, como se dice acá”, cuenta el púgil, que ahora ya tiene armada otra velada para octubre, donde pelearán Living Castillo y el venezolano Luis Marín, por los pesos pesados.
Wampash, quien fue seleccionado y ganó preseas panamericanas, dice que quiere dar opción a todos los boxeadores del país. Eso sí, no olvida su preparación y planea lanzar para noviembre otra cartelera, donde será uno de los peleadores.