El estadio Olímpico Atahualpa fue un epicentro de emociones

Marcador electrónico del estadio Olímpico Atahualpa, durante el segundo tiempo del cotejo entre Independiente del Valle y River Plate. Foto: Juan Ruiz/ API

Marcador electrónico del estadio Olímpico Atahualpa, durante el segundo tiempo del cotejo entre Independiente del Valle y River Plate. Foto: Juan Ruiz/ API

El partido entre Independiente del Valle y River Plate de Argentina generó un terremoto de emociones. El estadio Olímpico Atahualpa fue un epicentro de sensaciones, una acuarela donde se plasmó una mixtura de camisetas y colores.

La entrega de los jugadores de Independiente fue la respuesta inminente a la actitud de los hinchas del fútbol que llenaron los graderíos del estadio. Hinchas que lucieron camisetas de Ecuador, de Barcelona Sporting Club, Emelec, El Nacional, Aucas, Liga de Quito, Olmedo y Deportivo Quito; demostraron que el fútbol es una fiesta y que un país está unido.

La generosa decisión de donar la recaudación para los damnificados del terremoto solo generó aplausos de propios y extraños. Tal desprendimiento provocó que los dirigentes de los otros clubes fueran al escenario a felicitar a Michell Deller y Franklin Tello, principales directivos del club de Sangolquí. Esteban Paz, Tito Manjarrez y hasta los hermanos Mayorga, que horas antes reclamaban USD 30 000 para Deportivo Quito, llegaron a felicitar la iniciativa.

El Atahualpa enmudeció en el minuto de silencio que se guardó en memoria de los 700 fallecidos por el terremoto. Hay quienes miraron al cielo, otros cerraron los ojos y susurraron una oración. Hubo lágrimas que se derramaron, otras que murieron al nacer. Fue un minuto de estremecimientos.

Luego llegaron los cánticos, como el ‘Sí se puede’ que lo patentó la Selección Nacional en su camino mundialista. El jueves, la afición lo cantó y lo repitió, porque en la cancha había 11 jugadores que hicieron todo lo posible y tumbaron al campeón de la
Copa Libertadores.

River Plate se llevó dos goles de Ecuador. Uno que vino desde
Esmeraldas (José Angulo) y el otro de Manabí (Junior Sornoza), las dos provincias más golpeadas por el terremoto. Al final del partido, las lucitas de los celulares titilaron en todos los graderíos, la pantalla humana despidió a sus jugadores en una noche brillante de solidaridad. En una noche donde nivel de emociones causó un mayor impacto del 7,8 que generó destrozos la costa ecuatoriana.

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