Los aficionados cuencanos observaron el triunfo de Ecuador ante México en los almacenes céntricos de la capital azuaya. Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
En Cuenca se siguió con entusiasmo el partido entre las selecciones de Ecuador y México, válido por la tercera fecha del grupo A de la Copa América. En las oficinas, en los restaurantes, en las aceras y otros lugares, los aficionados al fútbol hicieron fuerza por la Tricolor.
Los goles de Miller Bolaños y Énner Valencia, anotados a los 25 y 56 minutos, fueron festejados con euforia. Rezaron para que el mexicano Raúl Jiménez no convirtiera el penal, pero el delantero fue efectivo y al minuto 63 anotó el 2-1. Las decisiones del árbitro venezolano José Argote fueron desaprobadas.
Héctor Medina, quien miró el partido en un almacén de electrodomésticos, con convencimiento sostuvo que la mano del mexicano dentro del área, no pitada por Argote como penal, “nos pesará para la clasificación”. Él hacía cuentas que Paraguay debe ganar 2-0 a Uruguay para que la Tri clasifique a la siguiente fase.
Según Medina, Ecuador jugó bien, aunque la reacción fue tardía. “Veo difícil la clasificación, pero nada es imposible”. Sin embargo, en su criterio, por lo menor se sumó tres puntos y “salvamos el honor”. Él está convencido que la realidad será diferentes en las Eliminatorias Sudamericanas.
Freddy Banegas, otro aficionado cuencano, se lamentó que la actitud positiva de los jugadores se haya dado después de dos derrotas que no se esperaban, especialmente con Bolivia. “Al equipo le falta mantener un nivel en todos los partidos”. Él está conforme con el trabajo del técnico argentino Gustavo Quinteros.