El delantero ecuatoriano Enner Valencia (izq) pelea el balón con el defensa mexicano Hugo Ayala Castro (der) durante el partido México-Ecuador, del Grupo A de la Copa América de Chile 2015, en el estadio El Teniente de Rancagua. EFE
Actitud, presión, intensidad desde el minuto inicial y sobre todo orden. Las exigencias del seleccionador Gustavo Quinteros fueron cumplidas por los seleccionados y Ecuador mandó de regreso a casa a la Selección mexicana.
El triunfo 2 por 1 deja en lista de espera a la Tricolor, que deberá aguardar la disputa de los juegos de los grupos B y C para ver si alcanza uno de los cupos asignados a los dos mejores terceros.
En el mejor de los casos, el partido entre Uruguay y Paraguay, que se juega hoy, 20 de junio en La Serena, podría definir ya la clasificación de Ecuador si los celestes caen por un marcador mayor a dos goles.
Mañana, en cambio, en los partidos Brasil vs. Venezuela y Colombia vs. Perú deben existir ganadores, si es por más de dos goles de diferencia, Ecuador se clasifica automáticamente a cuartos de final, pero si hay un empate, la Tricolor quedará eliminada.
Quinteros, después de las dos derrotas -ante Chile (2-0) y Bolivia (3-2)- había manifestado su contrariedad porque según dijo “sé que este equipo puede jugar mejor”.
Y, en efecto, en el tercer cotejo de esta Copa América, Ecuador jugó mejor en todas sus líneas y no se fue en blanco, al menos volvió a ganar un partido en Copa América luego de 14 años. Su último triunfo fue ante Venezuela, en la Copa de Colombia, en el 2001.
Como el chef que va probando ingredientes hasta encontrar el sabor más apetecido, Quinteros ensayó tres formaciones diferentes. En la de ayer, le dio más seguridad a la zaga con el juego aéreo con Arturo Mina; sumó velocidad y dinamismo en el medio campo con Renato Ibarra, y ratificó a la dupla ofensiva -Énner Valencia y Miller Bolaños- que con la suma de partidos fortalece su sociedad ofensiva.
La presencia por la banda derecha de Renato Ibarra, que juega en el Vitesse holandés, le dio peso y volumen de fútbol ofensivo. En los dos partidos anteriores, Fidel Martínez solo puso voluntad y no alcanzó para ganar.
Ibarra fue un permanente abastecedor de balones a sus delanteros, realizó dos remates directos al gol e impidió que Marco Fabián, que ingresó en la etapa complementaria a tratar de igualar el marcador cumpla con su objetivo en los aztecas.
El despliegue físico de Juan Carlos Paredes fue incesante.
Defendió su franja y se convirtió en un delantero más.
En esta tercera presentación Ecuador fue un equipo con mayor armonía en sus líneas, por el orden y la actitud. Habría que sumar también sacrificio y solidaridad.
Miller Bolaños volvió a ser el jugador de mayor trascendencia enel fútbol ofensivo, porque anotó el primer gol al minuto 25, luego entregó el balón para que Énner Valencia convirtiera el segundo gol, y por su dinámica de fútbol puede desempeñarse como volante ofensivo, media punta y delantero.
En el segundo tiempo, cuando la marca de México impedía jugar con comodidad a los delanteros ecuatorianos, Quinteros insistió en jugar con balón a ras de piso y colocó a Juan Cazares para explotar su manejo de balón y buen pie para el remate. Sin embargo, los jugadores en la cancha insistieron en el centro al área donde no había un delantero para recibir esos servicios.
Aun así, la imagen que mostró Ecuador fue mejor. Tuvo orden y seguridad.
Ahora habrá que esperar, pero si no se produce el milagro de la clasificación, por lo menos en la despedida Ecuador dejó una imagen de Selección mundialista, que alienta a su entrenador, futbolistas y dirigentes para afrontar las eliminatorias a Rusia 2018, que empezarán en octubre.