Ecuador se apresta a intervenir en una nueva Copa América, torneo que ha sido históricamente una fuente de frustraciones para los tricolores. ¿Es posible revertir esto? Estas son cinco razones para pensar que esta vez la campaña de Ecuador será tan mala como siempre.
1. No hay centrales
La escasez de centrales con real oficio en Ecuador queda de manifiesto en esta Selección, que padece demasiado cuando el fondo es exigido. Además, el central estelar, Frickson Erazo, no logra consolidarse en su ‘exilio’ brasileño mientras que sus complementos (Mina, Narváez, Achilier…) se pelean en ser quién falla más. Si los centrales no están firmes, el partido está prácticamente perdido.
2. No están los mejores
Pesará en las cuentas finales la ausencia de Felipe Caicedo, Antonio Valencia, Michael Arroyo y Joffre Guerrón. Los cuatros son los mejores en sus puestos de Ecuador o al menos están entre los más competentes y han tenido una buena mitad de año. Pero las lesiones –¿y los egoísmos?- generan que la Tricolor acuda sin una enorme porción de jerarquía. A ellos se suman Ángel Mena y Luis Romero, que debían tener su oportunidad pero han quedado marginados por diversas causas.
3. Mucho cansancio
Ecuador se llena de lesiones antes de la Copa, fruto del enorme esfuerzo físico de la temporada. Eso genera temor, falta de confianza, errores. Es probable que Ecuador no muestre todo su potencial por el desgaste de las figuras que siguen en el equipo.
4. Un fardo histórico
Ecuador se acostumbró a perder en la Copa América (“la prioridad son las eliminatorias”, reza el pusilánime cliché) y esa carga de fracasos es difícil de revertir. Quizás se supere la primera fase (los rivales no lucen tan fuertes) en segundo lugar, pero Ecuador no se mira tan fuerte como para superar a Brasil o Colombia, por ejemplo. Si queda tercero, podría ser Argentina el rival. Primero hay que jugar y se deberá evaluar la actitud del equipo para el balance final; pero los antecedentes objetivos no permiten esperar otra cosa que la derrota.