La bicampeona olímpica y múltiple campeona mundial de BMX, Mariana Pajón, se encuentra por estos días en Quito para transmitir sus enseñanzas y experiencia a niños de Ecuador que están dando sus primeros pasos en este deporte.
Mariana Pajón está acompañada por su esposo, el también ciclista de BMX, Vincent Pelluard, y Andrés Arenas, quienes son los encargados de impartir las clínicas a 90 niños y niñas de Quito y Cuenca.
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Mariana Pajón y sus primeros pasos
A las 9:45 de este viernes 25 de abril de 2025, Mariana Pajón llega hasta las oficinas de la Federación Ecuatoriana de Ciclismo (FEC), ubicadas en el centro-norte de Quito, en medio de una constante lluvia que cayó en la ciudad.
Con una gran sonrisa y cierta timidez, se disculpa con los medios de comunicación por el retraso en su llegada, antes de empezar a hacer un recorrido por su larga carrera que empezó con cuatro años de edad y se extiende hasta sus actuales 33.
“Nos apasiona competir alrededor del mundo, pero más dejar un legado en Ecuador”, mencionó.
Destacó que la evolución del BMX en Colombia, en Ecuador y en distintos puntos del mundo ha llegado al punto de que cada vez es mayor la participación de niñas, un aspecto que en el momento que ella empezó no era común, por lo que tenía que competir en otras categorías con niños.
Recordó que desde sus primeros pasos estuvo vinculada a una pista de BMX por influencia de su hermano Miguel, quien lo practicaba y fue una pieza angular en el desarrollo de Mariana a lo largo de su carrera.
A los padres de familia les recordó que en los niños el deporte debe ser visto como una herramienta de formación, de distracción y diversión, alejada de la presión de convertirse en deportistas de élite, decisión que se tomará en el momento indicado.
Instagram de la deportista.
Una medalla que cambió su vida
En los Juegos Olímpicos Londres 2012, Pajón sorprendió a su país con la obtención de la primera medalla de oro en BMX, un logro que ni ella misma y su equipo de trabajo se esperaban a sus 20 años.
“Desde muy pequeña tenía claro que quería ganar una medalla olímpica; eso llegó muy rápido, incluso antes de lo que pensábamos en mi madurez deportiva, porque estaba planificado para Río 2016″, indicó.
Pese a haber conseguido todos los títulos posibles en su categoría, considera que “no es suficiente”, por lo que sigue entrenando para mantenerse en lo más alto del escalafón y conseguir más títulos.
Sin embargo, reveló que se encuentra en una etapa de su carrera en donde disfruta cada paso que da y los resultados pasan a un segundo plano, pero sigue entrenando para mejorar sus marcas y no ceder terreno a sus rivales.
“Londres cambió mi vida, me dio un giro completo de pasar a ser una niña en un deporte que nadie conocía a ser conocida en un país y en una región (…) fue un reto grande que también cambió mi deporte”, acotó.
Destacó que en su trayectoria compartió mucho con deportistas de Ecuador, al que auguró un recambio con “niñas y niños que vienen con excelente” para tomar el testigo que con el pasar de los años dejarán Doménica Azuero y Alfreda Campo, los máximos representantes del BMX ecuatoriano en la actualidad.
Instagram de la deportista.
París aún ‘duele’
En París 2024, Pajón quedó eliminada en las semifinales cortando un ciclo glorioso de tres Jugos Olímpicos con las medallas de oro en Londres 2012 y Río 2016 y la de plata en Tokio 2020+1.
“París fue un golpe muy fuerte, todavía me duele (…) nunca había estado tan fuerte para unos Juegos Olímpicos, nunca había estado tan rápida y nunca me había preparado tan bien“, explicó sobre la etapa previo a su viaje a la competencia.
Indicó que es un sueño incumplido no haber podido llegar a las finales para pelear por una de las tres medallas, sin dejar de reconocer que es una de las experiencias más enriquecedoras de su carrera.
“Fue bonito y no define mi carrera“, reflexionó, sin antes adelantar que pese a que Los Ángeles 2028 son un objetivo, aún no está plasmado del todo y espera hacerlo en el futuro.
Finalizada la rueda de prensa, con la misma sonrisa que empezó sus intervenciones se despide para seguir con la clínica junto a niños y niñas que la esperan para nutrirse con sus enseñanzas y conocer más a la leyenda colombiana.
Confesionario con Luis Fernando Saritama