Ciclistas en el inicio de la quinta etapa de la Vuelta al Ecuador. Fotos: Martha Córdova / EL COMERCIO
David dejó el club de fútbol de la familia, Villarreal FC, porque su pasión es el ciclismo. “Cuando le regalamos la primera bicicleta fue el muchacho más feliz del mundo”, recordó Danilo Villarreal, padre del pedalista que el miércoles 10 de octubre de 2018 ganó la quinta etapa de la Vuelta Ciclística al Ecuador.
La quinta etapa fue la vencida para el carchense, que ganó la etapa entre Cayambe y Cotacachi de 78,2 km en 1 hora, 38 minutos y 17 segundos.
En la tercera etapa llegó segundo. En la cuarta peleó con los escapados y por minutos se puso como líder de la Vuelta, porque Óscar Sevilla venía rezagado hasta por dos minutos, pero no pudo ganar.
El miércoles sí fue su día. Ganó la etapa y también la camiseta de metas volantes. “Vamos a pelear y batallar en lo que resta de la vuelta, queremos llegar a Carchi con esta camiseta”, dijo Villarreal, que compite por la Selección del Ecuador.
Es el segundo ecuatoriano en lograr la victoria en esta edición, pero es el primer ciclista Sub 23 en hacerlo.
Ciclistas antes del inicio de la quinta etapa de la Vuelta al Ecuador. Foto: Martha Córdova / EL COMERCIO
La llegada al parque central de Cotacachi fue espectacular, pues ingresaron cinco ciclistas a los alrededores del parque. David estaba entre los cinco líderes, a solo 150 metros de la meta. El carchense tomó una curva cerrada con velocidad, pero también con habilidad.
El deportista de 1,60 metros de estatura y en cuyo rostro aún están impregnado un halo de adolescencia, pese a sus 20 años, derrochó felicidad.
En la meta celebró su primer triunfo de etapa en la Vuelta al Ecuador, con sus compañeros de equipo. Tuvo que esperar unos minutos porque su padre y sus hermanos se quedaron rezagados en Cayambe, por los desvíos de tránsito para dejar el paso libre a los ciclistas.
“A las 06:00 estuve con él en su hotel. Luego, no podíamos salir de Cayambe tan rápido como la caravana, así que por la radio escuchamos que David ganó. Estas son las alegrías que uno disfruta más porque es un triunfo de los hijos”, detalló el padre, Ramiro Villarreal.
Es entrenador de fútbol y con su hijo mayor, Hamilton, fundaron el Villareal FC. En un inicio David se unió a la tradición familiar, era seleccionado del colegio y jugaba en el barrio, pero cuando cumplió 10 años dejó el balón y lo cambió por la bicicleta.
Vivió en Quito, defendió los colores de Pichincha, y hace dos años volvió al Carchi; desde el año pasado forma parte de la Selección nacional. “Ha acumulado experiencia. Ha competido en América y Europa, se va afianzando como ciclista de velocidad y de fondo”.
Don Danilo llegó a Cotacachi con Hamilton, quien es seleccionado nacional de fútbol de salón. “Vamos a acompañar a David el resto de la Vuelta”.
No por ser su hijo, pero destaca en David su enorme responsabilidad. “Vive para el ciclismo, se cuida mucho en la comida, no tiene un plato favorito pero le gustan las proteínas, los hidratos de carbono y las verduras. Después de cada entrenamiento descansa, porque debe recuperarse”.
David Villarreal también se apoderó de la clasificación en las Metas Volantes. Destronó al peruano Alonso Gamero, quien habían sido líder de esta clasificación desde la primera etapa. “Vamos a seguir peleando por sumar puntos y ayudar a mis compañeros que están peleando posiciones en la clasificación general”.
En la clasificación de Premios de Montaña hay un empate en el primer lugar entre Francisco Colorado, de Saitel de Imbabura, y Jonathan Caicedo, de Coraje Carchense, en 17 puntos.
Como hecho destacado en la etapa estuvo la actuación de Marco Pita, ciclista de 48 años, que inició la Vuelta con sus hijos. Por una fractura se retiró Cristian, y luego lo hicieron David y Darío. Sin embargo, el DT de ciclismo en Imbabura sigue en la Vuelta. Ayer, a su ingreso a la meta, entre los 10 últimos, recibió aplausos y la felicitación de aficionados, deportistas y exciclistas que compitieron con él en la década de los 90 como gregario de Paulo Caicedo, Pedro Rodríguez y Juan Carlos Rosero.